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domingo, 17 de marzo de 2013

MARATON DE BARCELONA – MARZO 2013


 
La maratón de Barcelona o cómo preparar una maratón en seis semanas, o lo que es lo mismo, con 23 entrenos ó 235 kilómetros recorridos. Sin duda, una preparación bastante escasa, y por tanto, tenía grandes dudas de si iba a resultar suficiente.

Había tomado la decisión de no entrenar en exceso, debido a que mi gran objetivo del año es el Ironman en Octubre, por lo que no quería quemarme, tanto en kilómetros, como en tiempo entrenando, porque sino mentalmente iba a ser muy duro. Así es que decidí arriesgarme a un entrenamiento muy corto de semanas, e intentando coger la forma lo más rápidamente posible. Otra cosa sería si mis piernas tendrían tiempo de asimilar el entrenamiento y de si darían la talla el día de la carrera.

Lo primero que hicimos al llegar a Barcelona, fue ir a la Expo a retirar el dorsal. Es cuando empiezas a notar el ambientillo que se crea con el maratón, el merchandasing, etc…

Como en otras carreras internacionales, se organizaba una pequeña carrera el sábado por la mañana, para familiares y corredores, la Breakfast Run, y como las experiencias de otras carreras eran buenas, pues nos apuntamos a ella. Es una forma de ver el ambientillo y disfrutar de una pequeña carrera por una zona normalmente destacable de la ciudad. En este caso era desde el Palacio de Montjuic al Estadio Olímpico. 

No tenía una animación exagerada, ni la entrada al estadio fue tan emocionante como cuando se entra al estadio olímpico de Berlín, pero el día era soleado y se disfrutó lo suficiente del ambiente. Otra cosa es el desayuno….pobre, mal organizado, un fracaso absoluto. Vamos, que decidimos irnos a una cafetería tranquilamente.

Los catalanes se venden muy bien. Una maratón que cuesta 61 €, casi igual que una gran maratón como la de París o una de las mayores maratones del mundo como Berlín que están en torno a los 65 € no puedo llegar a entender cómo es posible que aquí en Barcelona el precio sea tan elevado cuando lo que ofrecen no vale lo que se paga. Hay otras maratones como la de Valencia o la de Madrid que están entre los 40 y 45 € y mucho mejor organizadas donde la gente se vuelca con la maratón y el precio es bastante más económico que Barcelona. Ya por no hablar de Sevilla cuyo coste, 24 €, es como casi tres veces menos que en Barcelona. Debe ser un tema de marketing pero la verdad no lo entiendo. Aquí había cerca de 5000 extranjeros que ponen su ilusión, su entrenamiento y se gastan mucho dinero en la ciudad para poder correr esta maratón que al final de verdad no vale lo que ha costado.

Pero sin duda la anécdota del día y del Maratón, fue cuando a las siete de la mañana, del día de la carrera, estaba esperando a que abrieran el comedor para desayunar en el hotel. Había otro corredor también esperando. Nos saludamos y abrieron las puertas. Cuando entramos me pregunto la camarera que cuándo empezaba la carrera y yo le contesté que a las nueve y el otro corredor me miró y dijo no, a las 8:30. Como no me podía creer la contestación que me estaba dando, le dije, creo que es a las nueve pero ahora cuando venga mi amigo le preguntamos. En esto que bajaba Perico y le pregunté a qué hora empieza el maratón y dice: a las nueve. El otro corredor no terminaba de creérselo y se puso a comprobarlo con su móvil y me lo enseñó; mira es a las 8:30. Yo alucinaba. Cómo podía haber cometido ese error de cálculo. Tomamos un desayuno muy ligero. No teníamos prácticamente tiempo para digerirlo. Estuvimos charlando unos minutos y me contó que iba hacer de liebre a un amigo suyo. Cuando le pregunté qué tiempo hacía en maratón me dice : 2h 12!!! Yo alucinaba.  Iba hacerle de libre a un amigo suyo para la clasificación del Campeonato de España para intentar hacer 2h 13 pero el sólo iba a correr media maratón. Era un profesional, y yo ahí con el tomando café. Parecía un chaval normal. No le vi un perfil especialmente corredor, como me había pasado en otras ocasiones que te cruzas con alguien y ves que ese perfil, esa potencia que llevan dentro, pero en cambio éste no tenía esa pinta pero en cambio era una máquina.  Nos despedimos, nos dimos la mano y nos deseamos suerte.

Fuimos a modificar nuestros horarios e intentar llegar a tiempo a la salida. El día había amanecido algo lluvioso pero cuando salimos del hotel no llovía, un poquito de fresco pero nada excesivo. Teníamos cerca de 30 minutos hasta la salida y fuimos comentando el incidente del desayuno y riéndonos durante todo el camino. Sin duda la anécdota de todo el fin de semana.

 La entrada al cajón de salida era muy buena, sin colas y el cajón medio vacío. Fue todo un éxito el elegir un tiempo superior al que luego íbamos a realizar. Ello te permite empezar a correr sin agobios, a tu ritmo, sin tener que adelantar a gente.

 


 
Justo cinco minutos antes de empezar la carrera empezó a caer una finísima lluvia. No calaba, tampoco molestaba demasiado y con la moción de la salida casi ni la notamos. Iba a ser un día parecido al de Valencia, con mucha humedad en el ambiente, por lo que debía hidratarme bien, a pesar de que no note sudoración, para que la musculatura no sufra. Suena Freddie y la Caballé, en la salida. Hay tanta gente – cerca de 19.000 participantes - que hay tres salidas: Los buenos y todos los sub 3:30, el grupo entre 3:30 y 4:00 donde voy yo y el grupo de más de 4 horas.
  
Como digo, desde los primeros metros salimos a nuestro ritmo. Peri por una vez quería marcar un ritmo vivo y lo estuvimos manteniendo durante más de 30 km.

Habíamos quedado el kilómetro cuatro y medio y con el pequeño retraso en las salidas de los distintos cajones tenía algo de miedo de que no nos fueran a ver pero no, ahi estaban esperándonos y nos hicimos unas fotos y continuamos hasta el siguiente punto de encuentro. La primera parte de la carrera es con una ligera subida. Aquí no podemos estar hablando de grandes subidas pero las pocas subidas que había eran continuas kilómetro-kilómetro y medio para luego llanear y volver hacer otra subida. Era la parte más dura de toda la carrera por tanto en una carrera relativamente llana. A partir del kilómetro 17 prácticamente todo era llano con la excepción de los dos últimos kilómetros que era la subida de la Avenida del Paralel. En el kilómetro 9 giramos a la avenida de Sarriá y ahí nuevamente nos hicimos otras fotos y estamos contentos y brillantes porque llevamos buen ritmo y la carrera aparentemente estaba yendo muy bien. 

Por algún lado leí, que una Maratón se corre así: "La Media Maratón hay que pasarla silbando, del km 21 al 32 se corre, del 32 al 40 se sufre y del 40 al final se toca el cielo". 

Vamos a ritmo cómodo, pero sin ser tampoco la estampida de Valencia (se nota que la gente sabe que el principio es durillo y se lo toma con moderada calma).  

Empezamos a sudar. Sobre el km 4,5 giramos a la izquierda y se acabó la cuesta arriba (por ahora). Ahí nos tomamos las primeras fotos. Era el primer punto de encuentro. Comenzamos a bajar lo subido y rodeamos el Camp Nou.
 
Pasamos por el primer avituallamiento, parece que va a ser difícil no tropezar con tanta gente. No paramos, pues llevamos nuestra propia botella, para evitar precisamente este primer atasco de gente, además de poder rellanar comodamente con la bebida isotónica y no tener que tirarte medio vaso por encima cuando intentar beber de un vaso mientras se corre.


 
 
Sobre el Km 9 pasamos muy cerquita de nuestro hotel. Ahí, nos hacemos otras fotos. Era el segundo punto de encuentro. Ya no quedaríamos hasta el km 42. Quedaban 33 km y mentalmente se hace muy duro.
Pasamos por largas rectas como Sants o la Gran Vía, es una pasada ver a lo lejos que la marabunta de corredores no se acaba nunca. 
Llegamos al Paseig de Gracia, otra vez pa´rriba. Me entretengo viendo edificios como La Predrera, también por aquí hay mucho ambiente. Seguimos subiendo un poco más por el Pg. de Sant Joan y pasamos la Sagrada Familia – qué bonito es correr por sitios tan emblemáticos - y llegamos a la Meridiana camino de la Media Maratón. Vamos un par de kilómetros junto a los corredores que vuelven pegaditos por donde vamos nosotros. Si vas cansado, estos tramos fastidian bastante porque sientes envidia del que le quedan un par de kilómetros menos que a ti, pero yo sigo muy fresco y relajado, definitivamente la media la voy a pasar silbando. Paso en 1:57, bastante bien. Ahora viene la segunda media, que a priori, tiene un terreno mucho más favorable, con la excepción de los 2 últimos km.
En el km 20, tocaba coger un gel de la organización, pero…donde estaban? Ni me entero!!. Total, que me voy a hacer 30km sin aportes adicionales!. Sólo con el Powerade y un sobre vitamínico que me he tomado al principio de la carrera. Tengo que estar más atento para el segundo gel, que se reparte en el km30. 

Sigo bebiendo pequeños sorbos de isotónica, de forma continua. Tengo que llegar bien hidratado. No quiero que me pase como en Valencia.

A partir del Km 20 los refrigerios son cada 2,5 Kms. Físicamente me encuentro pletórico, sin absolutamente ninguna molestia muscular.  Hay que ser prudente. Espero poder llegar así de bien!! 

Tras 5 kilómetros bastante monótonos por la Diagonal (2,5 de ida y 2,5 de vuelta), pillo mi primer gel (Km 30). No es que lo necesitara, pero si que sé que es muy conveniente. El del mazo puede venir en cualquier momento. Llevamos 30km a un ritmo sostenido. De momento, la mejor carrera juntos…espero que esta sea la definitiva y podamos llegar juntos a la meta. 

A pesar de notarme más fresco que una lechuga no me fio del todo, esto es muy largo y las sensaciones del Km 30 pueden ser opuestas a las del Km 35.  

Llegamos al Km 35, el del Mazo ya no me pilla ni de coña, sigo muy bien.  Después de la villa Olímpica ya viene el Arco del Triunfo y a partir de ese punto el público te lleva en volandas, si vas justo y consigues aguantar sin parar a caminar hasta ese punto ya llegas a meta porque entre el Km 36 y el 40 la carrera es un contínuo subidón de adrenalina. Pasamos la Catedral. Subimos un repechito hacia la Plaza de Sant Jaume, la gente va justita pero veo muy poca gente caminando. El ambientazo hace que aguantes y no te rindas.  

Las Ramblas, la estatua de Colón, un giro a la derecha y llegamos a la recta final, una recta final de 2000 metros y con un pelín de cuesta arriba que a esas alturas se nota que da gusto. Al final de la recta, nos están esperando para las últimas fotos, por lo que nos animamos para llegar con la cabeza alta y sonrientes. 

El Paralelo se hace largo como esta crónica. Al fondo ves la Plaça de Espanya, pero no llega nunca, la gente anima y tratas de darlo todo. Km 41, un esfuerzo mas y ya está todo hecho. Vamos a acabar por fin juntos una maratón y encima, logramos batir la mejor marca personal de Peri. Llegamos por fin a la rotonda, un giro y recta final. Hago la última curva lo más abierta posible para evitar el tumulto de runners que llegan a meta. Sigo sigo y sigo y levantamos los brazos con una alegría inmensa .

No hay dos Maratones iguales y si en Valencia hice el último kilómetro al borde del dolor y cuando crucé la meta me sentí descontento con el resultado, en Barcelona me pasó más o menos lo contrario; fue una carrera sencilla, donde podía haber hecho mejor marca, pero no quise arriesgar, ya que no traía la preparación adecuada. Mi gran objetivo era acabar por fin juntos una maratón, y si era posible, que Perico mejorara su marca, y ambos objetivos fueron conseguidos. 

En lo personal, he quedado muy reforzado mentalmente. Nunca se puede decir que una maratón es fácil, pero la verdad es que me he sentido muy a gusto y sin casi cansancio. Ha sido una gran sorpresa y me da mucha fuerza y ánimo para continuar con mis entrenamientos de cara al Ironman.  

El chip, te lo cortan los voluntarios. Todo un detalle, pues te evitas agacharte, que uno no suele llegar en condiciones a la meta y todo esfuerzo que te evites, siempre es bienvenido. 

Te colocan la merecida medalla, y coges unas botellitas de agua y Powerade. La zona de avituallamiento sólido es bastante cutre: Cuatro mesas donde solo hay gajos de naranja, trozos de plátano y frutos secos. Como he dicho al principio de la crónica la Organización deja que desear. Tanto en los avituallamientos post-carrera, como en la bolsa del corredor, como en la carrera del desayuno. Durante la carrera había de todo (si es que conseguías que te dieran un gel) pero nada más acabar uno necesita algo más de 33 cl de agua, 50 cl de isotónica y unos puñados manoseados de fruta.....supongo que lo hicieron para que la zona de meta se desalojara rapidito porque no había sitio pa´tanta gente. 

Al llegar al hotel, enciendo el móvil y ya tengo un sms de la carrera con mi tiempo oficial y mis parciales , esto sí que es eficiencia.

La Maratón de Barcelona ha sido una buena experiencia. Físicamente me encontré mucho mejor que hace 4 meses. De hecho en Valencia al acabar la carrera casi no me podía ni mover, pero en Barcelona, tras una horita paseando hasta el hotel, me encontraba muy recuperado. Tanto, que a las 24h ya estaba de nuevo entrenando…esta vez, más centrado en la bici, que es donde debo aumentar mis tiempos y mis series, eso sí, sin descuidar mi running, que tan gran alegría me ha dado en esta maratón.