Translate

martes, 25 de abril de 2017

MARATON MADRID 2017


LO QUE PUDO SER UN DESASTRE, PERO ACABÓ BIEN

Mi quinta participación en la Maratón de Madrid, que celebraba su 40 edición. Record de participación, dicen, pero con trampa. De los 35.500 corredores, unos 13.500 apuntados a maratón. Resto, a la media y a la carrera de 10k. Seguimos pensando los que corremos la maratón, que deberían fijarse horas distintas para la media y maratón. El circuito, se comparte hasta el kilómetro 13, y es bastante complicado correr y coger ritmo con corredores que van con objetivo distinto al maratón.

La mala organización de la carrera, sigue latente. Floja bolsa de corredor, guardarropa lejano de la salida, mala organización de los cajones, y hasta retraso en la hora de la salida. Pero bueno, correr en casa, es lo que tiene, que es casi obligado hacerlo. Lo que sí ha mejorado es la cantidad de público por las calles, sobre todo, durante la segunda mitad del recorrido. Eso es de agradecer, y los últimos kilómetros, se llevan mucho mejor gracias a toda esa animación. Muy bien.

Así es que quinta vez que correría la prueba, con las buenas sensaciones del año pasado recientes, pero con los nervios de afrontar una maratón tan dura. Además, amaneció un día totalmente despejado y se preveían 25-26ºC. Calor, mucho calor, para tan dura prueba y más en los últimos duros y en subida kilómetros de Madrid. Veremos…

Correr tantas maratones seguidas como hago, hace que me relaje, que parezca una más, y que parezca, hasta fácil…Pero lo que provoca es que se cometan errores, y esos errores se pueden pagar caros, muy caros.

Según llego al “meeting point”, donde me esperarían Nacho y Peri, que se acercó a tener las sensaciones del maratoniano en línea de salida y hacerse unos kilómetros, me doy cuenta que no he cogido los geles. Justo había corrido Zaragoza 3 semanas antes, y uno de mis fallos fue no tomar el segundo gel, y va y ahora ni los cojo!!! Sabía que durante la carrera, había 2 puestos donde darían los geles –km25 y km34-, pero no podía arriesgarme a que se acabaran o que no me diera tiempo a  cogerlos, etc…. Mandé un sms a casa para que me acercaran uno al punto de encuentro – km6.

Adicionalmente veo que no he cogido el GPS!! Qué desastre! Iba a correr a ciegas! Uff, menos mal que me orientaría con el de Nacho.

Tras las fotos pertinentes, nos fuimos a pasar el control del cajón – 3 tenía Nacho, y nos metimos ahí con Peri. Ahí, nos despedimos de él, y en cuanto salimos, pusimos ritmo de crucero. La subida por la Castellana se me hacía larga y cotosa. No la recordaba yo así de pesada. Miraba hacia adelante, intentando ver cuando llegaría la Plaza de Castilla. Íbamos bastante callados, síntoma que la cuestecilla tampoco permitía muchas alegrías/habladurías…

Enseguida rompí a sudar. Mucho. Se notaba que iba a ser un día caluroso. En el primer avituallamiento, mucha hidratación, cosa que a veces ni cogemos agua. Esta vez, ir bien hidratado podía ser la clave.

Sobre el km 6, punto de encuentro, veo que se han colocado al lado derecho, imposible vernos, grito, pero no sé si me ven….qué desastre, todo estaba saliendo mal.

Sobre el km 7, David y Sol nos saludan. Estaban con toda la family.



Tras el giro hacia el sur de Castellana, afortunadamente y no sé cómo, veo que la family han conseguido cruzar la Castellana y me esperan con el gel, uff, menos mal. Ahí, Nacho decide hacer su parada técnica. Corro por la izquierda y afronto Bravo Murillo. Pasan los kilómetros, miro hacia atrás, pero nada, ni le veo. Ni sé dónde está. Qué desastre de carrera. Ahora sí que voy ciego, sin GPS, sin ritmo, sin saber qué kilómetro. No sé si estoy yendo muy rápido y por eso no me coge, o bien, me ha pasado y no me ha visto.

Me concentro en lo mío sobre el km 12. Doy a Nacho por perdido. Es imposible ya. La carrera se me ha complicado, y mucho, pero no puedo tener mi mente centrada en negativo y en lamentaciones.

Continúo hidratándome bien, y manteniendo un ritmo constante. Guiado mentalmente, porque sé más o menos donde quedan los kilómetros – afortunadamente me había estudiado bien el plano. Eso sí lo había hecho bien. Me siguen sorprendiendo las cuestas. Hasta donde menos te lo esperas, hay repechos, duros, que van limando las fuerzas. Tengo miedo de ir demasiado deprisa y luego pagarlo con el calor y las duras cuestas finales. Pero veo que me adelantan más que yo adelanto, así es que veo que estoy regulando bastante bien.

Zona bonita llegar a Sol. Buen ambiente. Pronto, la media, que calculo sobre 1h50, aunque creo que fue 1h55. Queda poco para llegar a Casa Campo. Largas rectas, que se hacen eternas, sobre todo por no ir acompañado. Por el recuerdo de otras ocasiones charlando por ellas según corríamos. Qué rabia!!

Se entra en la Casa de Campo. Km 25 y gel, bien. Sn problemas. Repongo energía y afronto las primeras cuestas. Más gente que en otras ocasiones. Y como ahora son pocos los kilómetros que transcurren por ella, se hace corto. Yo pienso en salir de la Casa de Campo –km30- vivo y con fuerzas. Ahí comienza lo más duro. Intento ver a Luis, pero no lo veo.

Muchos recuerdos ya por esas calles de otras maratones, hacen que se hagan cortos los kilómetros, si bien, el cansancio se empieza a notar. Puente de Segovia, uff, como pica, pero luego hay un descanso, antes de llegar a la calle Atocha. Larga, muy larga. Regulo. No hay que forzar. Gente andando ya. No veo Atocha, sé que estoy cerca, pero queda subida. Quizá ya lo peor. Km 37, por fin Atocha. Mentalmente es como si hubieras llegado, pero no, todavía quedan 3 km bastante duros, Castellana, Goya, hasta poder llegar a la Plaza del Marqués de Salamanca. Ahí se sufre, se aprietan los dientes.

Ya en el km 40 aprieto, es llano, no me parará nadie. No voy tan fuerte como el año pasado, pero casi. Se entra en Retiro. Animo al público. Acelero y llego contento. Ha sido duro, pero bastantes buenas sensaciones.

Con todos los fallos en los detalles de preparación, el desastre podía haber venido, pero afortunadamente, todo ha salido bien. Muy bien.


Quedo con Nacho tras recoger la medalla y bolsa de corredor. Nos saludamos. Intentamos saber qué ha pasado, donde nos hemos cruzado. Complicado saberlo. Bueno, ya tendremos más ocasiones de correr juntos. Buen entreno. Ahora, a preparar bien el gran objetivo de este año : Los 100km de Colmenar!

lunes, 24 de abril de 2017

MARATON ZARAGOZA – 2 DE ABRIL DE 2017



Pues a Zaragoza que nos vamos, sí. Casi sin planificar, buscando maratones alternativas para ir completando el calendario. Palencia este año se canceló, por lo que, dos meses y pico sin maratones parecía excesivo….jajaja

Dio la casualidad que adelantan esta maratón al mes de Abril, cuando habitualmente era en Septiembre, así es que, decidimos que podía ser una buena oportunidad para conocer una nueva carrera y mantenerse en forma para la Maratón de Madrid, que será 3 semanas más tarde.

Como novedad y/o inconveniente, era que acababan de darnos un perro guía para su educación durante 1 año. Así es que mi descanso últimamente era poco…y además, Woly, que así se llama la cachorra, dormiría con nosotros – el hotel admitía mascotas.

Fue un viaje de ida/vuelta prácticamente. Algo paliza, por tanto. Llegamos sobre las 12 a la Expo, situada en la Universidad de Zaragoza. Pobre, muy pobre. Un pabellón para recoger el dorsal y el resto, en la calle. Muy mala impresión.

Allí quedamos con el resto de los viajeros maratonianos, David y Sol, y Marta/Nacho, que también corría. Tomamos un pequeño aperitivo y nos separamos de Marta y Nacho, que tenían compromisos familiares.

El hotel, estaba situado al lado de la Pilarica, es decir, al lado de la Salida/Meta. Excelente localización.

Comimos por la zona. Curioso es que en estos sitios, nos ponían de comer lo que ellos sugerían…era como si no hubiera carta…decidían por ti. Nos reímos un montón.

La tarde, la pasamos paseando, conociendo un poquillo Zaragoza. Hacia buen tiempo y era agradable.

Tras la tradicional cena de la pasta, fuimos a dormir pronto, que el maratón empezaba a las 8:00 y había que pegarse un buen madrugón.

Entre el perro y los nervios habituales, no conseguí dormir demasiado, por lo que ya me levanté cansado, muy cansado. El hotel había ofrecido ¡gratuitamente! un pequeño desayuno para los maratonianos, bollería, frutas, zumos, agua…No estaba nada mal

Nos dirigimos hacia la salida. Poco ambiente, unos 1000 corredores tan solo. Fresco mañanero, pero podía ser mucho peor siendo Zaragoza, lugar conocido por sus “exportaciones” de frio a otros lados del planeta…jajaja

Con poco convencimiento, salimos. Creo que se me iba a hacer muy larga la carrera. Pero una vez puestos, me concentro y a por ello. Los primeros km discurren por la zona de la “Expo” de Zaragoza. Me gustó recordar viejos tiempos. Hace mucho viento. Va a ser duro. Pero no hay excusas.



Nacho no entra en carrera, dice. Hace su primera parada técnica en el km 8, y tengo la sensación, como que me va a abandonar. No se…

Afortunadamente, en el km9 estaban nuestros animadores y sobre el km 10, había un ida/vuelta donde nos cruzábamos los corredores, por lo que pude calcular mentalmente sobre a qué distancia venía Nacho.

Por fin, sobre el km 12, conseguimos enlazar. Esos 4km me produjeron cierto cansancio mental. No saber cómo afrontar la carrera, si esperar, aflojar o seguir a mi ritmo. Bueno, el caso es que nos habíamos agrupado. Su siguiente parada técnica ya fue sobre el km 20, pero ya con mejores sensaciones, y sabiendo que enlazaría conmigo fácilmente. Habíamos ya comenzado un recorrido por un parque, con ciertas cuestas y poca animación, por lo que junto con el viento, desmoralizaban bastante. No había un cansancio excesivo, pero sí los kilómetros se iban notando en el cuerpo.

Sobre el km 28-30, notamos que el grupo de las 4h se nos acercaba por detrás, por lo que apretamos un poco para no ser absorbidos.

Era un grupo muy numeroso y sería complicado poder correr ahí juntos. Mejor a nuestro aire. Sobre el km 34, ya el grupo finalmente nos da caza, pero corremos en cabeza. Va guiado por una chica que no para de dar ánimos, gritando y con cara de poco esfuerzo. Qué envidia. Eso nos hace que aguantemos el ritmo. El grupo se ha reducido bastante en número, pero seguimos siendo unos 15-20 corredores. Nos mantenemos en cabeza.

Sobre el km 38, nos acercamos ya mucho a la Pilarica. Parece que estemos ya ahí, pero no, la carrera vuelve a girar y nos saca nuevamente del centro, dándonos fuertemente el viento. Eso, junto con el ritmo más elevado que estábamos llevando, me pasa factura. Noto como una pájara. Un vacío energético. Sólo había tomado un gel, sobre el km25, y había decidido no tomar el gel del 34. Fallo. Los 2 últimos kilómetros iba a sufrir. Nacho en cambio es cuando mejor se siente. Iba pletórico, hablando, saludando. Yo con la cabeza gacha. Mala sensación. Como siempre, me espera, corriendo a mi lado, a pesar de que le digo que siga él. Gran compañero.

Aprieto los dientes como puedo. La guía, nos espera a falta de 500metros a unos cuantos rezagados del grupo de 4h, como nosotros y nos anima a seguir y llegar por debajo de ese tiempo.

Cruzo la meta y me emociona volver a llegar y acabar una maratón. Cómo es este deporte!! Sensación agridulce, por ese bajón en los últimos kilómetros. Quizá por la falta de energía. Quizá por un bajón en el rendimiento tras un mal descanso durante los últimos días y semanas. Cualquier pequeño detalle afecta, y mucho, en este tipo de carrera tan exigente.