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lunes, 19 de junio de 2017

100km en 24h con 37ºc….


La carrera imposible.

Nueva prueba de ultrafondo a la que me presentaba. Era mi segunda. Hacía 5 años, con 28-29º de máxima, ya me pareció una locura, y un tremendo calor. Este año, la cosa pintaba mal, muy mal. Pronosticaban 36-37º entre las 16-19h de la tarde. Mucho calor, demasiado calor para afrontar una carrera tan dura como esta.

Pero el tiempo es algo que no se puede elegir. Y aunque había intentado entrenar con calor, no habíamos tenido tan altas temperaturas las semanas previas, por lo que, aunque preparado físicamente, no sabía bien cómo iba a reaccionar mi cuerpo ante tal extrema temperatura.

Quedamos Nacho y yo sobre las 11, para la entrega de mochilas a los distintos polideportivos y hacer los últimos retoques. El sol ya pegaba de lo lindo. Nos mojamos la cabeza, gorra, etc…Sabíamos que íbamos a tener un día largo, pero sobre todo duro, muy duro.

A las 12 se dio la salida. Nos colocamos pronto cerca de la cabeza, para no tener que ir “comiendo polvo” de tanta gente por las primeras zonas de arena. Calculé quizá unos 1000 participantes. Creo que menos que en otras ocasiones. Quizá hasta decidieron no ir, sabiendo la que se avecinaba.

Andarines, relevistas y corredores todos juntos en esa primera etapa.

Colmenar-Colmenar – 31km

Este primer tramo, recortado en kilómetros en esta ocasión -31km- frente a los 33-34 de otras ocasiones, es una zona montañosa. Ofrece buenas vistas, pero hay subidas duras, muy pedregosas, y ya hacía mucho calor. En los entrenos, hicimos 3h48. Una locura. Tendríamos que rondar los 4:15-4:20. Aflojar y reservar energías.

En el primer avituallamiento, me hidrato bien, un aquarius y botella de agua. Entra todo solo. Vamos relativamente despacio. Con cabeza. Se le da un rodeo al puente medieval de la M607. En otras ocasiones, se pasaba por él. Por preservación, supongo. Pero bien. Nos estábamos acercando al segundo avituallamiento. Otras 2 botellas de agua y un plátano. Reponer energías. De momento, me siento fuerte.

Afrontamos la subida hacia la cuenca del Manzanares, ahí, pasaríamos muy cerca de Cerceda, donde estarían las niñas y Woly, dando ánimos. Más agua. Era el km16,5. Buena cara teníamos. En las subidas, andábamos a buen ritmo. Algo que habíamos entrenado. Me había esforzado. Había entrenado duro y los resultados ahí estaban. Bien.

De vuelta hacia Colmenar, nuevo plátano y más agua. El calor seguía subiendo. Hay un tramo largo favorable para correr. Uno de los más largos. 4-5km seguidos. Vamos cómodos, aunque Nacho cree que algo rápidos. No queda mucho para Colmenar. Llegamos sudorosas, a 4h05. Entramos a sellar, comer y cambiarnos en el polideportivo. Nacho comenta que anda algo mal del estómago. Hacemos una parada larga, unos 30 min. Algo más de lo que yo quisiera. No quiero quedarme frio y no poder seguir. Ando quizá por ello algo nervioso. Pero me siento bien, no muy cansado. Creo que me estoy hidratando bastante bien.

Colmenar-Tres Cantos

Recorrido teóricamente favorable. Sobre todo al inicio. Tras unos metros callejeando por el polígono industrial Sur de Colmenar, se sale por un camino que enseguida tiene una bajada. Unos 3km aproximadamente que aprovechamos, pero veo que Nacho no tiene buena cara. Pienso que el es siempre de segundas partes, así es que tampoco me preocupo mucho. Sobre el km37, y a pesar de que teníamos bajadas, Nacho me comenta que tiene que aflojar, que no puede correr. No se siente. Por lo que andamos, a buen ritmo. Se le ve mal. El calor sigue haciendo de las suyas.

Más agua, fría en este caso (quizá demasiado para mí), pues han puesto camión frigorífico, gran detalle. Sobre el km40, el terreno ya es picando hacia arriba, y se vuelve muy cuesta arriba en los siguientes kilómetros. Andamos rápido, pero notamos como el calor pega y pega. No se puede casi ni respirar. No hablamos. Es un caminar duro. Empiezo a tener algo de cansancio. No me esperaba esto tan duro. O si lo esperaba, pero simplemente el cuerpo rechaza tanto calor. Afrontamos las últimas cuestas. Uff…Llegamos al avituallamiento del km46. Nacho tiene mala cara. Ya sé lo que piensa y lo que me va a decir. Espero que podamos reponer fuerzas en el polideportivo de Tres Cantos y aguante al menos hasta San Sebastián de los Reyes. Pero en ese mismo momento me lo dice : Se retira. No llega ni al polideportivo. Le digo que ahora puede mejorar, cenamos y reponemos energías. Y vendrá la noche, más fresca, y podrá recuperarse. Pero no, lo tiene decidido. Va muy mal. Prefiere dejarlo ya. Luego me confesó que hasta pensó en retirarse en el km31.

Palo duro para mí. Tendré que afrontar 54km solo. De momento no lo pienso. Llego al polideportivo, ceno, me cambio, me refresco y salgo. No pierdo excesivo tiempo. No quiero que se me eche la noche encima. Había decidido a última hora dejar el frontal en el polideportivo de San Sebastián de los Reyes, por tanto, tenía unas 2h45 para llegar a él. Muy justo. El tramo era largo – 28km

Tres Cantos – San Sebastián de los Reyes

Habían modificado el recorrido. Ya no se iba por Castillo de Viñuelas, sino, llegando por el Goloso, bajando Valdelatas, atravesando el bosque y subida hacia San Sebastián.

Aunque habíamos hecho el recorrido entrenando, no era fácil acordarse de él. Los primeros tramos, hacia abajo, salgo corriendo. Te meten por diversos caminos con continuas subidas y bajadas y pronto noto cansancio y pesadez de estómago. La cena se me revolvía. Tendría que andar más de lo que pensaba. Llegar al Goloso se hizo largo. Seguía haciendo mucho calor y notar que era el km55, me dio un bajón importante. Físico y mental. Quedaban 45km. Casi los mismos que había hecho con Nacho. No estaba preparado para llegar solo. Nos habíamos apuntado a esto porque queríamos disfrutarlo y llegar los 2 juntos. Él estaba muy fuerte, pero quizá su mente, y el calor, le hicieron una mala jugada.

Ahora yo solo tomaba como metas los avituallamientos. El km61,5, el km68 y el km76 en Sanse. Llegar por los caminos solitarios de Valdelatas, había buenas vistas de Madrid. Nos hicieron bajar mucho. Veía con claridad las torres KIO y las 4 torres. Estaban tan cerca.

El recorrido en según qué tramos no era lo que habíamos entrenado, por lo que además de despistarme psicológicamente, pues no sabía dónde estaba, lo que me quedaba, tenía que ir atento a las señales para no perderme.

Llegué por fin a atravesar laM607 y entrar al Monte de Valdelatas. Prácticamente con el sol puesto. Afortunadamente, pequeñas linternitas anunciaban donde atravesar y girar. Pero el bosque, sombrío, hacía que cuando no había linternitas, no veía nada claro por donde continuar. Las cintas de plástico no las distinguía bien. Eran sobre las 10:30. Mucho desánimo. Hablar con Nacho para ver que tal estaba, con la familia, desearles buenas noches. Sabiendo todo lo que me quedaba…

Empezaba a tener molestias en los pies. Ya en el km48 noté que pronto aparecerían, pero ahora, sobre le km65, lo tenía claro. Nuevamente las ampollas me acompañarían en la carrera. Y sabía lo doloroso que era. Lo largo que se hace.

Me esforzaba por mantener un ritmo alto cuando andaba. Iba bien de fuerzas. No notaba excesivo cansancio. Quizá fue un Redbull que me tomé o la caída del sl.

Sobre el km68, en el avituallamiento, me dicen que voy muy bien. Pongo cara de extrañado, conocedor que voy peor que la otra vez, pero me insisten. De los 25 primeros. Hay muchísimos retirados, abandonos. El primero, el segundo y el tercero retirados por calambres, golpes de calor, etc…

Salgo del avituallamiento con energía renovada. Veo que está siendo duro no solo para mí, sino para todos. Me dicen que he sabido regular muy bien. Que conozco bien mi cuerpo. Y sí, es verdad. Tengo muchas maratones ya en mis piernas, y Ironmans, y eso es experiencia, saber regularte. Y me lo repito y me ayuda a seguir y esforzarme.

Tras una no fácil senda, pues ya no veía nada, llego a un parque para a travesar y cerca ya del polideportivo de Sanse. Ahí me pierdo. O creo que me pierdo. No veo las señales, sigo andando y me dispongo a tirar de google maps, pero afortunadamente justo veo una nueva señal. Voy bien! Qué agobio! Llego al polideportivo. La gente me aplaude. Te sube la moral.me cambio de camiseta, cojo el forro polar, luz y el chorizo. Pero no ceno. No tengo hambre. Quiero llegar cuanto antes. Y no me entretengo. No me quito los calcetines, ni me doy vaselina. No quiero ver cómo tengo los pies. Me duelen. Pero ya solo quedan 24km.

San Sebastián de los Reyes-Tres Cantos

Enciendo el GPS. Conozco el recorrido, pero por la noche, esa zona de la Dehesa es muy oscura. Nada más salir, me animo a correr. Tengo fuerzas. Voy bien de piernas. Pero pronto paro. Mis pies sufren mucho. Me duelen mucho.

Los kilómetros pasan despacio. Pero ya empiezo a calcular las horas que me quedan. 4h quizá? Eso no es nada.

Adelanto a otros 4 corredores/andarines. Bien. Sigo andando a buen ritmo

Llegar al cementerio de La Paz se hace largo. La noche, la soledad. Pero no hay tantos ruidos de animales como en la anterior ocasión. Qué alivio!

Se llega al carril bici. Se agradece. Pues es firme estable y no pedregoso. Mis pies descansan algo.

Avituallamiento km88 – Tres Cantos. Vuelven a decirme que voy fenómeno. Dentro de los 20 primeros.me vuelvo a animar. Continúo hidratándome bien y parto rápido hacia el último tramo.

Tres Cantos – Colmenar

Primera parte del recorrido más agradable y fácil de lo que recordaba. Creo que han modificado algo el trayecto y ahora es una pista donde se camina algo mejor. Y eso mis pes lo agradecen mucho.

Pronto se entra en una zona más enrevesada, donde los tropezones son más fáciles y veo las estrellas cuando piso.

A lo lejos se ven las luces de Colmenar. Veo la iglesia. Parece que está ahí al lado. Pero quedan cerca de 4km de subida fuerte, se hacen eternos. Noto como ya no ando con tanta energía.

Comienza la famosa cuesta del cementerio. Larga, muy larga. Llegando a la zona asfaltada parece que estás, pero no, sigue. Los pies ya duelen mucho. Por fin corono. Quedan unos 2,5km hasta el polideportivo. Está ahí al lado. Terreno favorable para correr, pero no puedo. Los pies me están limitando. Tengo fuerzas pero ellos no pueden. No quiero empeorar las cosas, así es que llego andando. Mucho mejor de la hora que estimaba. Mejor que en mi anterior participación y sabiendo que el día había sido de los más duros para afrontar esta carrera. Contento.

La vuelta al estadio la hago andando, disfrutando, posando para la cámara. Cruzo la línea y ya no quiero dar más pasos. Me dan mi pin. Lo que cuesta conseguir este pin!!

Al día siguiente, tras mirar las heridas de guerra, decido que los ultras se han acabado para mí. Ya no más. Éste lo repetí porque quería hacerlo con Nacho. Pero ya. Es demasiado esfuerzo. Mis pies se revelan. Pero contento. El gran objetivo de este año conseguido!




MARATON AGUILAR DE CAMPOO 2017



Maratón cercano – por su familiaridad, me refiero, donde unos 40 inscritos a la prueba, gratuita, por cierto, y por tanto, me siento casi obligado a “apoyar” este tipo de carreras familiares donde ponen todo su esfuerzo y cariño hacia el corredor. Pero lo de cercana, en realidad son 2h45-3h de coche, madrugón por tanto para llegar a la carrera. Qué se le va a hacer! Contento si cabe, por la doceava Champions del Madrid de hace tan solo unas pocas horas. Mucho sueño y para Aguilar de Campoo.

Esta carrera entraba dentro de mi preparación para la prueba de 100km que afrontaría la próxima semana. Era por tanto, un “maratón entreno” y así lo quería afrontar. Corriendo el llano, y andando en las subidas (20 había).

El día, pintaba mal. Frio, bien, pero amenazante de lluvia. Cinco vueltas y media a un circuito. Por tanto, algo aburrido y gran entreno mental. Salimos puntuales, y pronto te quedas solo. Intenté acercarme a un grupeto de 4 de Valladolid, que querían hacer en torno a las 4h. Quizá demasiado rápido para mi entreno, pero bueno, correr con alguien siempre ayuda aunque sea mentalmente.

Las primeras 2 cuestas, al ir con ellos, las corro, pero enseguida me ciño al plan y ya  a la vuelta, las subo andando, practicando mi ritmo alto de andar. Voy haciendo la goma con ellos. Corro rápido y ando bien.

Como se esperaba, comienza a llover. Con mucha fuerza. Se hace duro. Quién me mandaría a mí!! Uff, va a ser una carrera ÉPICA!!, por no pensar, mira que soy pringao corriendo yo aquí con la que está cayendo, en un pueblecito a 3h de Madrid!! Hace falta tener ganas!!

Pero de todo se aprende, y este tipo de días duros son los que te hacen más fuerte.

Casi toda la carrera solo, pero afrontándola con inteligencia, y además, con la sensación de que al correr con tanto frescor, mi rendimiento es muy alto. Me siento muy bien. Deja de llover a mitad de carrera, aunque el potencial daño está hecho (pies mojados=Ampollas??). Pero no, todo fenómeno. Sin problemas. Gran entreno, llegada muy por debajo de mi tiempo estimado (3h50) y listo para correr mis 100km dentro de 6 días. Eso sí, con bastante más calor!

martes, 25 de abril de 2017

MARATON MADRID 2017


LO QUE PUDO SER UN DESASTRE, PERO ACABÓ BIEN

Mi quinta participación en la Maratón de Madrid, que celebraba su 40 edición. Record de participación, dicen, pero con trampa. De los 35.500 corredores, unos 13.500 apuntados a maratón. Resto, a la media y a la carrera de 10k. Seguimos pensando los que corremos la maratón, que deberían fijarse horas distintas para la media y maratón. El circuito, se comparte hasta el kilómetro 13, y es bastante complicado correr y coger ritmo con corredores que van con objetivo distinto al maratón.

La mala organización de la carrera, sigue latente. Floja bolsa de corredor, guardarropa lejano de la salida, mala organización de los cajones, y hasta retraso en la hora de la salida. Pero bueno, correr en casa, es lo que tiene, que es casi obligado hacerlo. Lo que sí ha mejorado es la cantidad de público por las calles, sobre todo, durante la segunda mitad del recorrido. Eso es de agradecer, y los últimos kilómetros, se llevan mucho mejor gracias a toda esa animación. Muy bien.

Así es que quinta vez que correría la prueba, con las buenas sensaciones del año pasado recientes, pero con los nervios de afrontar una maratón tan dura. Además, amaneció un día totalmente despejado y se preveían 25-26ºC. Calor, mucho calor, para tan dura prueba y más en los últimos duros y en subida kilómetros de Madrid. Veremos…

Correr tantas maratones seguidas como hago, hace que me relaje, que parezca una más, y que parezca, hasta fácil…Pero lo que provoca es que se cometan errores, y esos errores se pueden pagar caros, muy caros.

Según llego al “meeting point”, donde me esperarían Nacho y Peri, que se acercó a tener las sensaciones del maratoniano en línea de salida y hacerse unos kilómetros, me doy cuenta que no he cogido los geles. Justo había corrido Zaragoza 3 semanas antes, y uno de mis fallos fue no tomar el segundo gel, y va y ahora ni los cojo!!! Sabía que durante la carrera, había 2 puestos donde darían los geles –km25 y km34-, pero no podía arriesgarme a que se acabaran o que no me diera tiempo a  cogerlos, etc…. Mandé un sms a casa para que me acercaran uno al punto de encuentro – km6.

Adicionalmente veo que no he cogido el GPS!! Qué desastre! Iba a correr a ciegas! Uff, menos mal que me orientaría con el de Nacho.

Tras las fotos pertinentes, nos fuimos a pasar el control del cajón – 3 tenía Nacho, y nos metimos ahí con Peri. Ahí, nos despedimos de él, y en cuanto salimos, pusimos ritmo de crucero. La subida por la Castellana se me hacía larga y cotosa. No la recordaba yo así de pesada. Miraba hacia adelante, intentando ver cuando llegaría la Plaza de Castilla. Íbamos bastante callados, síntoma que la cuestecilla tampoco permitía muchas alegrías/habladurías…

Enseguida rompí a sudar. Mucho. Se notaba que iba a ser un día caluroso. En el primer avituallamiento, mucha hidratación, cosa que a veces ni cogemos agua. Esta vez, ir bien hidratado podía ser la clave.

Sobre el km 6, punto de encuentro, veo que se han colocado al lado derecho, imposible vernos, grito, pero no sé si me ven….qué desastre, todo estaba saliendo mal.

Sobre el km 7, David y Sol nos saludan. Estaban con toda la family.



Tras el giro hacia el sur de Castellana, afortunadamente y no sé cómo, veo que la family han conseguido cruzar la Castellana y me esperan con el gel, uff, menos mal. Ahí, Nacho decide hacer su parada técnica. Corro por la izquierda y afronto Bravo Murillo. Pasan los kilómetros, miro hacia atrás, pero nada, ni le veo. Ni sé dónde está. Qué desastre de carrera. Ahora sí que voy ciego, sin GPS, sin ritmo, sin saber qué kilómetro. No sé si estoy yendo muy rápido y por eso no me coge, o bien, me ha pasado y no me ha visto.

Me concentro en lo mío sobre el km 12. Doy a Nacho por perdido. Es imposible ya. La carrera se me ha complicado, y mucho, pero no puedo tener mi mente centrada en negativo y en lamentaciones.

Continúo hidratándome bien, y manteniendo un ritmo constante. Guiado mentalmente, porque sé más o menos donde quedan los kilómetros – afortunadamente me había estudiado bien el plano. Eso sí lo había hecho bien. Me siguen sorprendiendo las cuestas. Hasta donde menos te lo esperas, hay repechos, duros, que van limando las fuerzas. Tengo miedo de ir demasiado deprisa y luego pagarlo con el calor y las duras cuestas finales. Pero veo que me adelantan más que yo adelanto, así es que veo que estoy regulando bastante bien.

Zona bonita llegar a Sol. Buen ambiente. Pronto, la media, que calculo sobre 1h50, aunque creo que fue 1h55. Queda poco para llegar a Casa Campo. Largas rectas, que se hacen eternas, sobre todo por no ir acompañado. Por el recuerdo de otras ocasiones charlando por ellas según corríamos. Qué rabia!!

Se entra en la Casa de Campo. Km 25 y gel, bien. Sn problemas. Repongo energía y afronto las primeras cuestas. Más gente que en otras ocasiones. Y como ahora son pocos los kilómetros que transcurren por ella, se hace corto. Yo pienso en salir de la Casa de Campo –km30- vivo y con fuerzas. Ahí comienza lo más duro. Intento ver a Luis, pero no lo veo.

Muchos recuerdos ya por esas calles de otras maratones, hacen que se hagan cortos los kilómetros, si bien, el cansancio se empieza a notar. Puente de Segovia, uff, como pica, pero luego hay un descanso, antes de llegar a la calle Atocha. Larga, muy larga. Regulo. No hay que forzar. Gente andando ya. No veo Atocha, sé que estoy cerca, pero queda subida. Quizá ya lo peor. Km 37, por fin Atocha. Mentalmente es como si hubieras llegado, pero no, todavía quedan 3 km bastante duros, Castellana, Goya, hasta poder llegar a la Plaza del Marqués de Salamanca. Ahí se sufre, se aprietan los dientes.

Ya en el km 40 aprieto, es llano, no me parará nadie. No voy tan fuerte como el año pasado, pero casi. Se entra en Retiro. Animo al público. Acelero y llego contento. Ha sido duro, pero bastantes buenas sensaciones.

Con todos los fallos en los detalles de preparación, el desastre podía haber venido, pero afortunadamente, todo ha salido bien. Muy bien.


Quedo con Nacho tras recoger la medalla y bolsa de corredor. Nos saludamos. Intentamos saber qué ha pasado, donde nos hemos cruzado. Complicado saberlo. Bueno, ya tendremos más ocasiones de correr juntos. Buen entreno. Ahora, a preparar bien el gran objetivo de este año : Los 100km de Colmenar!

lunes, 24 de abril de 2017

MARATON ZARAGOZA – 2 DE ABRIL DE 2017



Pues a Zaragoza que nos vamos, sí. Casi sin planificar, buscando maratones alternativas para ir completando el calendario. Palencia este año se canceló, por lo que, dos meses y pico sin maratones parecía excesivo….jajaja

Dio la casualidad que adelantan esta maratón al mes de Abril, cuando habitualmente era en Septiembre, así es que, decidimos que podía ser una buena oportunidad para conocer una nueva carrera y mantenerse en forma para la Maratón de Madrid, que será 3 semanas más tarde.

Como novedad y/o inconveniente, era que acababan de darnos un perro guía para su educación durante 1 año. Así es que mi descanso últimamente era poco…y además, Woly, que así se llama la cachorra, dormiría con nosotros – el hotel admitía mascotas.

Fue un viaje de ida/vuelta prácticamente. Algo paliza, por tanto. Llegamos sobre las 12 a la Expo, situada en la Universidad de Zaragoza. Pobre, muy pobre. Un pabellón para recoger el dorsal y el resto, en la calle. Muy mala impresión.

Allí quedamos con el resto de los viajeros maratonianos, David y Sol, y Marta/Nacho, que también corría. Tomamos un pequeño aperitivo y nos separamos de Marta y Nacho, que tenían compromisos familiares.

El hotel, estaba situado al lado de la Pilarica, es decir, al lado de la Salida/Meta. Excelente localización.

Comimos por la zona. Curioso es que en estos sitios, nos ponían de comer lo que ellos sugerían…era como si no hubiera carta…decidían por ti. Nos reímos un montón.

La tarde, la pasamos paseando, conociendo un poquillo Zaragoza. Hacia buen tiempo y era agradable.

Tras la tradicional cena de la pasta, fuimos a dormir pronto, que el maratón empezaba a las 8:00 y había que pegarse un buen madrugón.

Entre el perro y los nervios habituales, no conseguí dormir demasiado, por lo que ya me levanté cansado, muy cansado. El hotel había ofrecido ¡gratuitamente! un pequeño desayuno para los maratonianos, bollería, frutas, zumos, agua…No estaba nada mal

Nos dirigimos hacia la salida. Poco ambiente, unos 1000 corredores tan solo. Fresco mañanero, pero podía ser mucho peor siendo Zaragoza, lugar conocido por sus “exportaciones” de frio a otros lados del planeta…jajaja

Con poco convencimiento, salimos. Creo que se me iba a hacer muy larga la carrera. Pero una vez puestos, me concentro y a por ello. Los primeros km discurren por la zona de la “Expo” de Zaragoza. Me gustó recordar viejos tiempos. Hace mucho viento. Va a ser duro. Pero no hay excusas.



Nacho no entra en carrera, dice. Hace su primera parada técnica en el km 8, y tengo la sensación, como que me va a abandonar. No se…

Afortunadamente, en el km9 estaban nuestros animadores y sobre el km 10, había un ida/vuelta donde nos cruzábamos los corredores, por lo que pude calcular mentalmente sobre a qué distancia venía Nacho.

Por fin, sobre el km 12, conseguimos enlazar. Esos 4km me produjeron cierto cansancio mental. No saber cómo afrontar la carrera, si esperar, aflojar o seguir a mi ritmo. Bueno, el caso es que nos habíamos agrupado. Su siguiente parada técnica ya fue sobre el km 20, pero ya con mejores sensaciones, y sabiendo que enlazaría conmigo fácilmente. Habíamos ya comenzado un recorrido por un parque, con ciertas cuestas y poca animación, por lo que junto con el viento, desmoralizaban bastante. No había un cansancio excesivo, pero sí los kilómetros se iban notando en el cuerpo.

Sobre el km 28-30, notamos que el grupo de las 4h se nos acercaba por detrás, por lo que apretamos un poco para no ser absorbidos.

Era un grupo muy numeroso y sería complicado poder correr ahí juntos. Mejor a nuestro aire. Sobre el km 34, ya el grupo finalmente nos da caza, pero corremos en cabeza. Va guiado por una chica que no para de dar ánimos, gritando y con cara de poco esfuerzo. Qué envidia. Eso nos hace que aguantemos el ritmo. El grupo se ha reducido bastante en número, pero seguimos siendo unos 15-20 corredores. Nos mantenemos en cabeza.

Sobre el km 38, nos acercamos ya mucho a la Pilarica. Parece que estemos ya ahí, pero no, la carrera vuelve a girar y nos saca nuevamente del centro, dándonos fuertemente el viento. Eso, junto con el ritmo más elevado que estábamos llevando, me pasa factura. Noto como una pájara. Un vacío energético. Sólo había tomado un gel, sobre el km25, y había decidido no tomar el gel del 34. Fallo. Los 2 últimos kilómetros iba a sufrir. Nacho en cambio es cuando mejor se siente. Iba pletórico, hablando, saludando. Yo con la cabeza gacha. Mala sensación. Como siempre, me espera, corriendo a mi lado, a pesar de que le digo que siga él. Gran compañero.

Aprieto los dientes como puedo. La guía, nos espera a falta de 500metros a unos cuantos rezagados del grupo de 4h, como nosotros y nos anima a seguir y llegar por debajo de ese tiempo.

Cruzo la meta y me emociona volver a llegar y acabar una maratón. Cómo es este deporte!! Sensación agridulce, por ese bajón en los últimos kilómetros. Quizá por la falta de energía. Quizá por un bajón en el rendimiento tras un mal descanso durante los últimos días y semanas. Cualquier pequeño detalle afecta, y mucho, en este tipo de carrera tan exigente.




viernes, 17 de febrero de 2017

¡¡¡ 25 MARATONES !!!


ARGANDA 2017 – LO QUE CUESTA LA 24!!!

Tras la cancelación de la que iba a ser mi maratón número 24 en Málaga – Diciembre 2016, tuve que buscar una alternativa y correr otra maratón antes de la planificada 25 en Cobeña.

Y ahí estaba Arganda, 6 días antes de Cobeña, pero con la “ventaja” de estar en Madrid. Adicionalmente, Nacho ya estaba apuntado para correrlo, por lo que fue facil decidirse. Volveríamos a correr juntos, después de 3 eventos que por diversas circunstancias no habíamos podido coincidir.

Habíamos quedado a las 8:10 en Arganda, para dirigirnos a Carabaña. El autobús oficial debía salir a las 7:30 (demasiado madrugón para mí). Me levanté a las 7, llevaba 2 horas sin dormir. Un fuerte viento no hacía más que golpear y azotar la persiana. Se notaba la lluvia caer con fuerza. Nada más levantarse, comienza a llover en plan tormenta, con sus rayos, en Febrero!!. La vista del temporal desde el ventanal de casa ponía los pelos de punta. No sabía si ni siquiera vestirme para ir. Desayuno con calma, mirando una app de previsión de lluvia y cómo iban evolucionando las nubes. Aparentemente, a las 9:00 dejaría de llover. Con el fuerte viento que hacía, las nubes pasarían muy rápido. Ojala fuera así, y que no vinieran más.

Me pongo en marcha, sigue lloviendo, y nada más salir de casa, cruzando por debajo de la vía del tren, un árbol caído en la carretera, que impedía el paso. No sé qué hacer. No hay posibilidad de subirse a la acera, pues hay una farola. Está claro que la maratón numero 24 está gafada!!. Hay un metro libre, y decido pasar despacio, subiéndome con el coche por encima del árbol. Afortunadamente consigo pasar sin consecuencias. Ya en autopista, la fuerza del viento y suelo deslizante me pone en tensión. Qué nervios!!

Por fin llego a Arganda, y…deja de llover!. El cielo sigue negro, según en qué puntos, pero parece que al menos no nos mojaremos. Llegamos a Caravaña, nos preparamos y vamos hacia la salida. Poca gente. Unos 100 corredores y poco ambiente. Lo esperable con el día de perros que hace. Corredor emblemático Santiago, en su 235 maratón, a su ritmo, aunque llegue el ultimo.

Dan la salida, nos lo tomamos con relativa calma. Es una carrera para notar sensaciones, después de tantos días sin maratones, y además, hay que ahorrar energía, que en 6 días tendremos otra!

Los primeros kilómetros, más o menos llanos, y en proximidad del pueblo, se pasan bien, sin excesivo esfuerzo. A partir del km 5, empiezan las cuestas, y la famosa ruta verde por la que discurre este maratón. Y ya siempre, con viento en contra. Vamos hablando para distraernos. Ritmo tranquilo, pero mucho viento. Sabemos lo que falta, cuestas largas, muy largas, subir hasta la cementera, km 32, que se ve de lejos, pero se hace muy largo. El viento penaliza. Lima fuerzas. Nos golpea como nunca. Ya el año pasado hacia viento, pero lo de este año, no tiene nombre.

Al coronar en la cementera, pequeño descanso de 3-4 kilómetros cuesta abajo. Ahí corremos por fin a gusto. A partir del km 36, sabes que llegas, hueles la meta, pero más cuestas y ese viento en contra, quitan las ganas de correr. Seguimos hablando y eso nos distrae. Ya en Arganda, 2-3km por zonas desérticas, pero ahí está el polideportivo. Vuelta al campo y sí, maratón 24 completada. Lo que ha costado ésta!!!


 
Buen avituallamiento, y salchicha a la llegada. Sudadera de rigor, e interés de los voluntarios. Todo suma para apostar por ella para los próximos años, si bien, con 100 corredores, no sé si seguirán organizándola.
 
COBEÑA 2017 – ¡¡¡¡ 25 MARATONES !!!!
 
Pues sí, llegaba el gran día. Iba a cumplir por fin mi maratón nº 25, en una carrera organizada por corredores, en plan familiar. 50 selectas plazas, y con la gente volcada con el corredor.

Trofeo, sudadera, camiseta de manga larga personalizada, bolsa deporte enorme, gafas de sol. Qué más se puede pedir!!

Y los avituallamientos, como siempre espectaculares.

Recogemos el dorsal, personalizado – 25 maratones ponía, con el dorsal numero 25!! Foto de grupo y salida. Vamos con el grupo de 5 horas. El fin de semana tocaba lluvia, y llueve justo hasta que llegamos a Cobeña. A partir de ahí, las 12:00, el tiempo se detiene y nos deja 5 horas sin caer una gota. Si bien, como la carrera transcurre por caminos de tierra, está todo embarrado. Un auténtico barrizal, así transcurren los primeros 23 kilómetros. Saltando charcos, yendo por ladera del camino, pisando por las tierras de cultivo…con tal de evitar al máximo el camino. Es la parte más dura, el barro retiene la zapatilla, cuesta avanzar, te pesan las piernas como 2kg más.
 

Pero llegar al km 23 tiene su recompensa. El mejor avituallamiento nunca visto; tortilla de patatas, jamón serrano, salchichón, queso, gominolas, coca cola…Uff, como nos ponemos.

El grupo de las 4 horas y media debería llegar a la vez a este avituallamiento, pero este año, parece que nosotros vamos más rápido. Y nos vamos sin que ellos aparezcan.

Los 19km que quedan, son “algo mejores”. Menos barro, pero también hay zonas complicadas. Pero menos subidas, con la excepción de los últimos 5 km, todo inclinado hacia Cobeña.

Y km 28, el avituallamiento de la merienda; las famosas palmeritas de Morata, donuts, Coca cola, Sándwiches...EXPECTACULAR

Con tanta pesadez de estómago, seguimos nuestro camino. Con corredores muy experimentados. Antonio de Jaén – 99 maratones, Toni de Madrid -126 maratones, otro con 140…uff lo que nos queda.

Los últimos kilómetros de la maratón se hacen largos. Se pasan los baches, nos recuperamos, a pesar del cansancio acumulado, no solo de esta maratón, sino de la de hace 6 días. Pero no hay dolores ni nada que nos impida correr, por lo que seguimos, charlando, y con alegría, afrontamos los últimos kilómetros. El grupo de 4 horas y media no aparece..qué raro que no nos adelantaran…

Llegamos, como no, juntos, y en meta, cerveza, jamón, tortilla, patatas, galletas saladas…esperándonos. Qué bien sienta. Comienza a llover. Que gran suerte.

Recogemos las bolsa del corredor y Nacho me da un regalo, un trofeo : 2008-2017: 25 Maratones. Que gran detalle y qué bonito recuerdo. Y de estas 25, la mayoría, con él. Gracias