Translate

lunes, 3 de noviembre de 2014

MEDIO IRONMAN CANET DE BERENGUER – POR ANTONIO


Nueva muesca en mi Colt, nuevo reto conseguido.

Era mi segundo medio Ironman, pero ya con la experiencia del Ironman completo, y eso puede hace que te relajes, que te lo tomes como “algo fácil”. Al menos, esos eran los comentarios de la gente, de amigos, etc…

Y de fácil no tiene nada. De hecho, el cansancio es mayor, en mi opinión. Primero, porque no se entrenan tantos meses ni tantas horas y segundo, porque la prueba la haces más a tope, esforzándote más. Es un planteamiento distinto del ironman, donde vas a regular, a aguantar, a resistir. En un medio, quieres ir más rápido, piensas que no debes ser tan conservador, etc..

PREVIA

Cuando decidí hace unos años intentar hacer un medio ironman, me recomendaron Canet de Berenguer, un pequeño pueblecito situado al norte de Valencia, cerca de Sagunto.  Por unas circunstancias u otras, al final no puede debutar allí, y cambie mis planes para hacerlo en Valladolid, pero ahí quedo anotado en mi agenda, el poder hacer esa prueba algún día. Así es que, como me cuadraban las fechas, pues allí que me fui.

Habían cambiado el patrocinador/organizador de la prueba, y….lamentablemente, no fue tan bueno como prometían o cabe esperar de una prueba como esta, que conlleva mucha preparación física, pero también mental y de material. Son muchísimas cosas a tener en cuenta,, y no es bueno dejarlo a la improvisación, y por lo visto ellos, sí lo hicieron. En general todo bien, pero hay detalles muy feos, que no pueden ocurrir en este tipo de pruebas. A saber; cambio de circuitos de carrera y de bici en el último momento, informan, tanto en página web como en la reunión técnica previa a la carrera, que van a dar bebida isotónica en los avituallamientos de bici y corriendo, y la realidad s que no dieron en ninguno. La pérdida de sales, en un día soleado y con humedad, en este tipo de pruebas es muy grande, por lo que la recuperación vía bebidas isotónicas es muy importante, pero por lo visto a ellos no les parecía tanto. Eliminación de la Pasta Party del día previo y por último, se acabaron las botellas de agua y empezaron a dar vasos de agua….
 

Tras un verano complicado, con problemas de enfermedades de familiares y sin poder entrenar adecuadamente, intenté recuperar sensaciones con los entrenos de Septiembre. No se llega a un nivel máximo, pero me veía bien, con confianza. Quería mejorar el tiempo de mi debut, y los recorridos, y las condiciones meteorológicas eran perfectas, así es que había que intentarlo.

LA PRUEBA

El día amaneció soleado, casi sin aire, y con pronóstico de 25ºc para cuando comenzáramos a correr. Quizá algo excesivo, pero es lo que había!!

No había conseguido dormir nada bien. No eran nervios propiamente dichos, más bien pensamientos de cómo debía afrontar la carrera, revisando mentalmente el material, orden de colocación, comida preparada, etc…el caso es que el descanso no fue bueno.

Tras el desayuno, la entrega y control de material pertinente. Todo listo y dispuesto.

Me puse mi material de guerra y me llevé a Antonio conmigo. Iba  a sufrir yo en esta ocasión por todo lo que el había estado sufriendo y para que cogiera fuerzas para el futuro.
 



LA NATACION

Tras un control de chips bastante desastroso, que hizo que nada más pasar el control yo, se diera la salida, cuando por detrás debían de quedar cerca de 50 personas, me lancé a correr para entrar en el agua mientras me iba colocando las gafas. Eran 2 vueltas a un circuito de 950metros, para un total de 1900metros, con salida a pie por la arena entre las dos vueltas. Me encontré bastante solo nadando, un par de personas alrededor, pero aun así, los nervios, la excitación, la opresión del neopreno, me agobiaron. El agua no estaba casi fría, todo estaba ok, pero yo no conseguía nadar cómodo.  Quien me mandaría a mi apuntarme a esto!! Es la última prueba que hago!! Son pensamientos que corren por mi mente en esos malos momentos. Parecía que la primera boya la alejaban más y más. No había forma de llegar a ella. Son momentos de gran agobio y tensión. Al fin, llegué a esa primera boya. Tras el giro, intenté relajarme y pensar en algo, que no fuera la prueba. Conseguí coger algo de ritmo. A pesar de que estaba muy bien indicado el circuito (boyas muy grandes, y además un barco pegadas a ellas, por lo que era imposible no verlo), me suelo torcer bastante nadando….y tengo que estar continuamente rectificando el camino. Nuevo giro y dirección hacia la playa. En principio, lo más sencillo, pero se me hizo eterno. Salgo en la primera vuelta en 20 minutos, bien!! Subidón. Justo el tiempo previsto! Comienzo la segunda vuelta con esa animación que me había dado ver que no estaba del todo mal. Y además, se me había pasado el agobio, por lo que, sabiendo que no queda mucho y que en breve comenzaría la bicicleta, pues me animaba a continuar nadando. Acabo la segunda vuelta, unos 45 minutos aproximadamente. Curiosamente, la segunda vuelta, peor que la primera, aunque yo tuve mejores sensaciones.

Salgo del agua, corriendo playa arriba, quitándome el neopreno. Momentos de gran agitación respiratoria, llegando a la transición intentando no perder excesivo tiempo y no olvidarte nada.

LA BICI

Salgo con fuerza por las primeras calles del pueblo, adelantando un par de corredores que se lo tomaban con más calma. Me acoplo y a coger ritmo. Voy bastante acelerado de pulsaciones e intento relajarme. Veo una velocidad constante siempre por encima de 30km/h que era mi objetivo, por lo que va todo bien. Eran 4 vueltas a un circuito, totalmente llano, con las únicas dificultades de las continuas rotondas y 3 giros de 180º por vuelta, donde había que tener mucho cuidado. Los kilómetros empiezan a pasar y noto cierto dolor en el gemelo derecho, como si estuviera contraído. Me preocupa, porque sé que si fuerzo, luego no podré correr. No le hago mucho caso y decido forzar y arriesgarme. Creo que puedo hacer una buena bici.

Tras la primera vuelta, donde he adelantado a unos cuantos corredores y no me han adelantado a mí, cojo confianza e intento dar un poquito más. Me lo estoy pasando bien, aunque mi duda es si voy a poder aguantar este ritmo los 90 kilómetros. Veo al resto de los participantes bastante conservadores (con la excepción de los profesionales que van a todo gas!!). Paso 2-3 momentos de apuros, un giro en una rotonda donde de toca el pedal en el suelo, un adelantamiento de un profesional por el medio de un corredor y yo y un bache que me pilla cuando estaba comiendo, que hace que se me mueva la bici peligrosamente….

En la tercera vuelta, ya intento no reservar nada, pero también empiezo a notar que mi fuerte de energía no es infinita….espero que no me dé una pájara!! Por el contrario, el dolor de la pierna ha desaparecido, por lo que no tengo escusa. En esta tercera vuelta, noto como el viento empieza a levantarse, y durante ciertos tramos es algo incómodo y reduce la velocidad media a la que voy. En cualquier caso, sé que llevo muy buen tiempo, y que puedo bajar de las 3h, cosa que no pensaba ni en mi mejor planteamiento.

En la cuarta vuelta, el viento es bastante fuerte. Ya hay zonas complicadas y que se hacen muy cuesta arriba,  o quizá es que mis energías están ya en las últimas. Aprieto los dientes e intento ya ir a lo máximo que me dan ya las piernas.  De vuelta a la transición, cambio rápido para colocarse las zapatillas y a empezar a correr. Me anima mucho ver que he bajado claramente de las 3h. Tiempo: 2h47 (32,3km/h de media).

MEDIA MARATON

Salgo nuevamente acelerado de pulsaciones. Las transiciones es lo que tienen!! Intento relajarme y coger un ritmo cómodo que me permita aguantar todo el trayecto. Noto las piernas flotando, cansadas, sensaciones complejas de describir y que solo se sienten cuando pasas de pedalear a correr.

 


Era un circuito de 3 vueltas, enrevesado, con continuos giros, que hacía, mentalmente hablando, como si fueran muchos más kilómetros.

Empiezo a notar el estómago raro, que no me apetece comer y como hinchado, por lo que no ingiero más geles, e intento beber tragos muy cortos de agua. El calor empieza a hacer mella. Gran deshidratación y perdida de sales que intentaba mitigar echándome agua por la cabeza. Aguanto como puedo unos 5km, pero noto mucho cansancio. Mi cara tiene que ser un poema. Tengo que tirar de mente, de cabeza, pues se me hace interminable el pensar que tengo que hacer una media maratón con este cansancio. Aparece Antonio en esos momentos, que hacen que me emocione y aguanto como sea. Tengo que acabar, independientemente del dolor que sienta. Tras la primera vuelta, en unos tiempos decentes, decido que voy a aflojar a ritmo mas tranquilo. Prefiero perder 5 minutos por vuelta, que acabar reventado. No quiero arrastrarme para llegar a meta.

La segunda vuelta se hace dura y larga. Los tiempos se empiezan a ir, pero quiero esforzarme y así poder hacer un buen tiempo global. Tomo Coca-Cola, y plátano en los avituallamientos y echo de menos los sándwiches de jamón y queso.

El año se hace largo, empiezo a recordar la temporada, todos los entrenos acumulados, desde esas primeras rampas subiendo por El Pardo, las medias maratones corridas para preparar las 2 maratones seguidas afrontadas y los largos entrenos de bici por Cerceda. Ganas de acabar, de descansar, de no apuntarme a nada mas…lógicamente, momentos negativos que pasan por la cabeza por el cansancio que estaba acumulando. Empiezo la tercera vuelta, sabiendo que se me va a hacer muy larga, pero es la última!! Hay que hacer un último esfuerzo. Viene Antonio de nuevo a mi mente y me da las fuerzas necesarias para seguir, para continuar, para no pararme. Esta prueba estaba dedicada a él. Afronto el ultimo km con ganas, sé que voy a hacer un buen tiempo global, mucho mejor que en mi primer  medio ironman.

Cruzo la línea, te ponen la medalla y los sentimientos afloran. Me siento. Intento descansar e hidratarme. Se ha sufrido, pero se ha logrado. Tiempo total: 5h40min. He bajado en 16 minutos mi tiempo. Muy contento.
 

 

Una vez hidratado, la musculatura duele un poco, pero nada del otro mundo. Mucho menos que cuando hice mi primer medio ironman. El cuerpo se habitúa al ejercicio. Tiene memoria histórica. Volveremos a repetir?

martes, 13 de mayo de 2014

MARATON DE MADRID 2014 – Y VAN TRES…


 
Impulsado por el cambio de recorrido que proponen los organizadores del Maratón de Madrid, la tentación de volver a participar, corriendo cerca de casa, etc…hizo que me apuntara a mi tercera Maratón de Madrid, sin pensar en exceso en el cansancio que tendría acumulado en mis piernas tras correr el Maratón de Londres tan solo 13 días antes.

Con este antecedente, junto con el miedo o respeto que me ocasiona correr una maratón tan dura como es Madrid, mi objetivo y planteamiento de la carrera era simplemente poder acabar sin agobios y sin lesionarme.

Correr el décimo maratón de tu vida después de seis años enfrentado a esa distancia podría considerarse una buena ocasión para jugársela a fondo, pero es tanto el respeto que se le tiene a la distancia que lo que uno quisiera es salir huyendo pretextando cualquier cosa, qué sé yo, que se te ha olvidado la gorra, que tienes que comprar el pan o el regalo del día de la madre, y cosas así. O que tienes una rodilla echada a perder, por decir algo: las lesiones de rodilla son muy socorridas en estos tiempos de andar de rodillas.

Lo que pasa es que nadie te creería, y entonces te toca correr. Quedas con Peri, y al fin y al cabo sales y enfilas la Castellana en medio de un pelotón en el que se han colado centenares de runners (como dicen ellos) que van a un ritmo descaradamente inferior al del cajón de donde han salido, de modo que toca aguantarse y esperar a que se vaya aclarando el panorama.

El día amaneció soleado y con una temperatura máxima de 19-20ºC. Ideal para correr, e incluso algo excesivo el calor, pero para lo que había hecho hace unos días, pues muy bien.

Habían retrasado unos cientos de metros la salida con respecto a otros años (Cibeles frente a Colon) y habían organizado la salida de los corredores de 10 km – unos 7.000- a las 8:30, por lo que “solo” saldríamos unos 22.000.

Lamentablemente, no había separación entre corredores de media maratón y maratón, por lo que los primeros kilómetros fuimos algo más apretados.

A pesar de mi planning conservador, Perico quería forzar un poco el ritmo. Se sentía con fuerzas. Seguro de sí mismo. Se había preparado específicamente para este maratón, por lo que los primeros kilómetros de ligera subida por toda la Castellana, hasta el kilómetro 6, fuimos a un ritmo superior al previsto.

El público, inexistente, y los pocos que había eran simples espectadores. Nada de animación. Igualito, igualito que en Londres….ya sé que no se debe comparar, pero es que es inevitable!!

 
 

Tras saludar a todos los familiares involucrados en la maratón, padres, suegros y familia, que estaban en los primeros 6 km, empezamos la parte “fácil”, bajando por Castellana y Bravo Murillo, hasta llegar a la Glorieta de Cuatro Caminos. En esta ocasión, tomaríamos el puente de Joaquín Costa en sentido inverso al resto de los años.

Habíamos aumentado el ritmo y Peri iba muy cómodo y animado. Yo por mi parte iba con molestias en el cuádriceps desde el km 3, y deseando que el ritmo fuera más tranquilo, pero Peri tiraba de mí sin piedad. En ocasiones, hasta me descolgaba un par de metros.

Pronto, llegamos a la zona céntrica, gran bajada por San Bernardo, inclusa demasiada inclinación hacia abajo, donde los cuádriceps se quejan en gran medida, “pequeña” subida por Gran Vía, y bajada por Preciados para llegar a Sol.

Ahí, oigo la música, veo algo de público y me animo a correr. Era el km 19, con mucho cansancio, pero me da un subidón. Peri me comenta que “ha despertado la bestia”. Llevaba un kilómetro sin hablarme, por lo que le pregunto qué tal va, y me comenta que empieza a estar algo cansado. Pasamos la media maratón, 7 minutos por debajo de mi anterior Maratón de Madrid. Teníamos un gran margen para regular y poder hacer una buena carrera.

Siempre me ha entrado la duda en las maratones de si correr de menos a más o de más a menos. En esta ocasión, habíamos ido fuerte. Seriamos capaces de mantenerlo o lo pagaríamos en la segunda mitad?

Tras llegar al km 26, entramos en la Casa de Campo, donde daban un gel energético para afrontar la segunda parte de la carrera. Las primeras cuestas se empiezan a notar en las piernas, pero vamos a buen ritmo. Este año sólo correremos 4km por la Casa de Campo (frente a los 8km de ediciones anteriores), por lo que mentalmente estamos mejor preparados. La subida de la salida de la Casa de Campo por la Puerta del Angel no la recordaba tan fuerte…además, empieza a apretar el calor. Quedaban 12 km y ya se oían gritos de que ya está  acabado la maratón. Y posiblemente sí, pero ahora venía la parte más dura. Ocho de esos 12 km eran picando hacia arriba, y con el cansancio acumulado, iba a ser duro, muy duro.

Llegamos sobre el km 34,el famoso muro, y nos animamos para poder seguir aguantando. Le grité a Peri que llevaba 34 km sufriendo y aguantando y que ahora era él, el que tenía que sufrir y aguantar. Empezábamos a estar tocados. Subiendo ya hacia Atocha, km 37, Perime hace un amago de pararse. Le animo a que siga. Aguanta otro medio kilómetro. Me dice que siga, que yo voy bien, que nos veremos en meta. Sigo a mi ritmo cansino la subida, sin fuerzas para rebatirle. Al menos ha sido la distancia más larga que he corrido con él en una maratón. Sólo le falta un puntito más.

En realidad, si yo no hubiese corrido con Peri hasta ese km, probablemente hubiera abandonado, o seguido pero a un ritmo tremendamente más tranquilo. Tenía las piernas muy agarrotadas, pero la fortaleza mental que me ha dado el realizar un Ironman y la experiencia de las otras 9 maratones, hacían que yo siguiese corriendo. A mi ritmo.

Adelanto ya a muchísimos corredores que no podían con el sufrimiento de estos últimos km.

Al llegar a Atocha, quedaban 4km, 4 km de un recorrido nuevo, donde casi 3 km eran de subida “ligera” hasta Colon, atravesando Goya y llegar a la Plaza del Marqués de Salamanca. Se hicieron largos. Largos y duros. Había bastante más animación de gente. Gente que veía el sufrimiento en nuestras caras y nos daban ánimos para seguir, para alcanzar la meta, para alcanzar la gloria.

El ultimo kilometro aprieto los dientes, y sin querer miras el crono. Sabes que vas a bajar tu marca en Madrid en 10 minutos. Toda una proeza, tan solo 2 semanas después de Londres.

Llegas muy contento y a la vez, muy cansado. Pero feliz del reto logrado.

Alcanzar las 10 maratones que me había propuesto hace tiempo, pero faltándome una Major como Boston, o 2 si incluimos a la nueva incorporación, Tokio, creo que fácilmente doblaré mi objetivo y colgaré las zapatillas más bien cercano a los 20 maratones. O no?

 

CONCLUSIONES AL NUEVO RECORRIDO

Que ya entiendo que Madrid es así, y que el que no lo conoce flipa de la de toboganes, cuestas pronunciadas, bajadas de las que duelen los cuadríceps y ese largo tramo final para arriba que te vas encontrando por el camino. En cuanto al nuevo recorrido de MAPOMA, es muy similar en dureza. Mucho. Y aparentemente es más fácil, pero no.

 A mí personalmente me pareció que llegas más tocado que antes a Virgen del puerto - Paseo imperial, pero tres kilómetros antes. Y la subida por tanto desde el río se hace tres kilómetros antes, y más larga. Llegar a Atocha y que aún sea el 37 mentalmente duele. Antes tenías el Retiro a tiro de piedra! En cualquier caso tampoco hay que darle más vueltas. Madrid es Madrid y no puede ser llano. Es cierto que se abriría el abanico de posibilidades de hacer un maratón más amable si acabara en la Casa de Campo en vez de Retiro, pero eliminar las cuestas, hasta que no vuelva Gallardón con la tuneladora, imposible.

lunes, 21 de abril de 2014

13/04/14 MARATON DE LONDRES


 
Muy complicado poder estar aquí. 125.000 números de lotería agotados en 11 horas, para un sorteo donde obtienen dorsal 36.000 participantes. Las grandes maratones agotan muy pronto ya los dorsales. Hay una fiebre por correr maratones. Tras varios intentos, por fin voy a poder correr mi cuarta Major Marathon.

La experiencia de mis anteriores maratones, hace que no tenga excesivos nervios. Estoy relativamente tranquilo y confiado,  y sobre todo ansioso por ver por qué ponen a la Maratón de Londres como la mejor del mundo, incluso superando a Nueva York. Será cuestión de gustos?. Dentro de unos días lo veré.

El Jueves, nada más dejar las cosas en el hotel, nos dirigimos a recoger el dorsal. Fuimos en metro, cambiando al metro ligero con el mismo billete. Me venía bien conocer cómo llegar allí, puesto que sería un camino parecido para poder llegar el domingo a la línea de salida – Greenwich

Nada más bajarnos de la estación, cientos de personas nos dirigíamos al mismo sitio. No hay pérdida, además de que estaba muy bien indicado con banderas de la maratón. Tras  entrar en el pabellón, ExCel, se recogía el dorsal. Sin colas, sin agobios. Bien es verdad que era viernes a medio día.

Recorrimos todo el pabellón, viendo los distintos stands. Nada destacable. Ya me los conozco todos. Stands de ropa deportiva, de alimentación deportiva, donde se pueden degustar sus productos energéticos, bebidas isotónicas, etc…y luego los stands de promociones de carreras, donde había representación española con la Maratón de Valencia y de San Sebastián.

 

También había unos stands donde podías disfrazarte y te hacían unas fotos graciosas. Pasamos tranquilamente la mañana por ahí, y posteriormente, nos fuimos a patearnos Londres.

La carrera :

Me levanté a las 6:30, aunque tenía puesta la alarma a las 6:45. No aguantaba más. El día de la carrera sí que se siente esa excitación de entrar en acción. Ponerte tu traje de batalla, con todas las cosas que cuidadosamente había preparado la noche anterior. No dejar ningún detalle al aire, puesto que luego es lo que puede marcar tu fracaso durante la carrera.

A las 7:00 estábamos desayunando copiosamente. Lo íbamos a necesitar. Además, quedaban 3 horas hasta el inicio de la carrera, por lo que podíamos hacer la digestión con facilidad.

Tengo que hacer aquí menciones especiales a los pequeños detalles que hacen grande estos maratones, es lo que marcan la diferencia. Como he dicho, poder desayunar con 3 horas de adelanto es más que suficiente, pero por si acaso, el hotel había adelantado 1h30 la apertura del comedor. Se podía bajar a las 5:30!!!. También mencionar que en un restaurante que estuve en un pueblo a 40km de Londres, me dijeron al enterarse que iba a correr la maratón, que tenían una promoción que a todo el que finalizara el maratón (enseñara su medalla), le invitaban a comer al día siguiente de la prueba. Y para finalizar, el metro para el participante es gratuito durante el día de la prueba, tanto a la ida, como la vuelta. Simplemente enseñando el dorsal.

Así, con mi dorsal, nada más llegar al metro, me abrieron el torno, y nos dirigimos a la zona de Salida. Al hacer el trasbordo, ya había voluntarios indicando el camino para no perderte, y cerca de 15 voluntarios con petos naranjas en todas las puertas de acceso al metro ligero. Impresionante!! Imposible perderte o equivocarte de tren.

Nada más bajar, más voluntarios indicando el camino, y en cuanto llegamos al parque de Greenwich, grandes carteles para indicar las distintas salidas, roja, verde y azul – la mía-. Había unos globos gigantes, de cada color para que se vieran dónde estaban situadas todas las salidas. Vimos unos arbolitos apartados e idóneos para hacer una parada técnica, y casi sin querer acertamos, puesto que nada más llegar al recinto cerrado, donde se pasaba un control, enseñando el dorsal, había unas colas de 100 metros en cada puesto urinario, además de que no había ninguna otra posibilidad para aliviar los nervios.

En el tiempo de espera cogí un poco más de vaselina tanto para mí, como para Peri, y nos hidratamos con las bebidas energéticas que daban.

Nos dirigimos a la zona 6 de salida. Los cajones estaban ya bastante repletos, pero pudimos acceder sin problemas, tras pasar un segundo control de dorsal, esta vez más exhaustivo. Había amanecido un día soleado. No hacía mucho fresco 7º, y se esperaban 17º. Un día excelente para correr por las calles de Londres.

Con puntualidad británica se dio la salida a las 10:00 h. Tardamos unos 6 minutos en poder cruzar la salida. Las calles ya estaban llenas de gente. No eran excesivamente grandes las calles, por lo que correr a tu ritmo era algo complicado. El recorrido no es que sea especialmente bonito; pero el público y el ambiente son algo fuera de lo común. Desde la primera milla la gente animaba con fuerza. A pesar de que hay tres canales de salida, hubo momentos al principio en que no podías mantener un ritmo. Éramos 36.000. Incluso en la primera milla llegamos a pararnos con un ohhhh, general por parte de los corredores. Intenté no ponerme nervioso ya que en una carrera tan larga, habría tiempo de recuperar. Mi objetivo era bajar de las 4 horas. Por lo que me había marcado un ritmo de 5,35 min/ km. Quería regular y mantenerme lo más cerca de ese tiempo y no perder mucho en la segunda mitad con respecto a la primera.

Sobre el km 5, las 3 salidas de colores se unían, haciendo complicado el mantener el ritmo prefijado. Pasamos los globos de 5h, de 4:45, de 4:30, de 4:15 y finalmente el de 4h. La verdad es que no estábamos muy bien colocados en la salida!!

La organización era excelente, con agua cada milla y bebida isotónica cada 5 km. Puestos de avituallamiento muy largos a ambos lados, permitían recoger las botellas –con tapón -sin ningún tipo de parón. Muchos voluntarios y tal como he dicho antes, muchísimo; pero que muchísimo ambiente.

No he corrido nunca una maratón donde en la primera parte de la carrera hubiera tanta gente. Era algo espectacular. La cantidad de bandas de música, pubs con la música puesta, grupos de animaciones. Era increíble. Si en estos primeros kilómetros había esta animación, cómo sería al final!!!

Aproximadamente en el Km 20 llegas al puente de la torre y te adentras en la city.

Ahí, donde se cruza el puente de la torre, la aglomeración de público y los gritos de ánimo te hacían sentir un auténtico maratoniano. Estábamos a punto de llegar a la media maratón.

Al llegar al final del puente, Peri decidió dejarlo y guardar fuerzas. No era su objetivo acabar, sino disfrutar de la experiencia y llegar bien para la Maratón de Madrid. No me dio mucho tiempo para asimilarlo. Simplemente se despidió.

Al quedarme solo, el sufrimiento aumenta. No te diviertes tanto. No tienes con quien comentar tus dudas, tus dolores, lo que te gusta, distraerte, en una palabra, por lo que la segunda media vi que iba a ser muy dura.

En ese momento nos cruzamos con la cabeza de la carrera (eso es otra galaxia) y eso me dio nuevos ánimos. Pasé la media en 1:59 con sensaciones regulares. Iba ya con dolores musculares varios….Era mi novena maratón por lo que la distancia ya me era conocida y el muro es algo que ya no me sorprende; es más, lo espero, lo sufro y lo venzo. Iba bebiendo constantemente y tomando los geles planificados –la organización los daba en la milla 14 y 21.

Manteniendo el ritmo previsto. Inevitablemente sobre el km. 35 las piernas pesan y la zancada se hace más corta. Ya lo esperaba, como antídoto empecé a recordar todo lo que me había costado poder conseguir el dorsal y venir aquí, por lo que era un privilegiado y por ello no iba a rendirme ni a aflojar ni un solo segundo. Las piernas me dolían bastante, pero mi crono me decía que tenía que seguir apretando. No tenía segundo que descansar. Los últimos 3 km son los más bonitos ya que corres junto al Támesis y te diriges hacia el Big Ben. La meta está situada en St. James Park justo delante de Buckingham Palace. Todo un lujo de emplazamiento. Finalmente 3:58. Objetivo cumplido y una gran satisfacción.
 
 
 

Tras cruzar la línea de meta, felicitaciones de todos los voluntarios, te colocan la medalla y te dan la bolsa con bebidas y camiseta. Quizá esto lo más flojo de toda la organización, primero porque la camiseta es de algodón, no técnica, y la comida de la bolsa…más bien excasa. En cualquier caso, buena organización de salida y nada de aglomeraciones, por lo que en 15 minutos estaba fuera paseando hacia Charing Cross en dirección al hotel.
 

 


Si hay algo que hay que destacar en esta maratón es sin duda la animación. Nunca antes había visto tanto. No creo que hubiese durante los 42195 metros que recorrí ni 100 metros seguidos sin gente. Repito, simplemente ESPECTACULAR.

AGRADECIMIENTOS

 
No podía terminar esta crónica sin dar mi agradecimiento especial para Inés y Rigo. Gracias a ellos, mi sueño de completar la World Majors Marathons está más cerca.