Con esta frase resumo lo que fue la carrera.
Antecedentes
Tras una dura preparación en los meses
previos, me encuentro 3 días antes afectado por una faringitis que me hace
pensar seriamente si voy a poder participar en la maratón. Intento no ponerme
nervioso y confío en los medicamentos para que puedan hacer su efecto
rápidamente….pero me siento muy cansado. Hago mi último entreno/prueba y veo
como si hubiera perdido 1 mes de entrenamientos. Muy cansado, fatigado de
respiración…mal, muy mal. Así no se puede correr una maratón. Tengo 36 horas
para evolucionar a favor, pero no estoy muy confiado.
Tras la decepción de la maratón de
Valencia (a pesar de ser mi record de Maratón), pero yo sabía que podía haber
hecho mucho más….las piernas agarrotadas, sin una explicación clara (falta de hidratación?
humedad?, la maratón de Sevilla estaba planteada como una segunda oportunidad.
Quería quitarme la espina clavada, pero no iba a ser fácil.
Entrené específicamente las tiradas
largas, para acostumbrar más al cuerpo, e intentaría cuidar mejor alimentación
e hidratación durante la carrera.
Volvía a correr con Nacho, y eso siempre
es un aliciente y una motivación más para esforzarme. No íbamos a ir de
reservones. Queríamos batir nuestros propios records. Quién dijo miedo?
Llegamos a Sevilla el viernes por la
tarde. Fuimos directamente a la Expo, a la recogida del dorsal. Expo discreta,
algo de merchandasing, sin demasiada gente, pues ya era bastante tarde. La
recogida del dorsal rápida, sin colas, al igual que la bolsa del corredor. Nos
hicimos algunas fotos y nos dirigimos hacia el Hotel.
Estaba situado a escasos 1000 metros de
la línea de salida. Bien situado.
Nos fuimos a cenar por Triana, y empezar
a empaparnos de las cosas típicas de Sevilla. Allí, quedamos con David y Sol,
que se habían animado a pasar el fin de semana con nosotros, animarnos, ver el
ambiente, etc…Creo que algún día David se atreverá con una media maratón….en
cuanto se compre unas zapatillas!
Cena distendida, agradable, todos
contentos por poder compartir estos momentos de relax.
El sábado nos levantamos con
tranquilidad y aprovechamos al máximo el buffet del hotel, ya que al día
siguiente no íbamos a poder disfrutarlo tanto….
Acto seguido, nos dirigimos hacia el
centro de la ciudad, a hacer un poco de turismo. La Giralda, las callejuelas
típicas de Sevilla, calle Serpis…
Para finalizar el día, tradicional cena
de la pasta y a descansar, que el día siguiente iba a ser muy largo
A las 6:30 tocó diana. Había quedado con
Nacho para desayunar a las 6.45. Tomamos un desayuno ligero, pues desafortunadamente no se
puede comer todo lo que uno quisiera justo antes de una carrera. Charlamos
tranquilamente sobre la estrategia de la carrera, dónde quedar enla llegada si
nos separábamos, ritmos de salida, etc…
A las 8:15 salimos para la línea de
salida. Hacia fresco, unos 5º, pero estaba anunciado unos 19º a mitad de día.
Aprovecharíamos las primeras horas más fresquitas para poder correr más a
gusto.
Entramos en el cajón 3:45-4:00 que me correspondía.
Nacho, que estaba en el cajón de 3:30-3:45 se vino conmigo. Gran detalle, pues así,
al menos salíamos juntos. Intentamos ponernos lo más adelantados posible, para
no tener luego que adelantar demasiada gente.
La calle, con una mediana, era
relativamente estrecha. Esperábamos que no se formara demasiado tapón. A las 9
en punto, se dio la salida, y no tardamos mucho en comenzar a correr. Comencé a
adelantar a gente, intentado desde el primer kilómetro que pudiéramos correr a
5:00 min/km y no desviarnos de nuestros objetivos. Nacho iba un paso por
detrás, siguiéndome en los zig-zags.
Se pasaron los 2-3km más complejos, por
los tapones de gente y más estrechamientos de la calzada, pero no habíamos
perdido excesivos segundos por kilómetro. Llegamos a la Torre del Oro, cruzamos
por el puente y las vistas eran fantásticas.
Seguía tirando de Nacho, marcando un
ritmo constante, sin forzar. Pero notaba que me faltaba algo, no sabía que era,
hasta que….Nacho no hablaba. Qué raro, con lo que le gusta comentar la carrera
y lanzar sus bromas!
Íbamos bastante callados por ello,
concentrados. Yo solo le cantaba el ritmo del kilómetro. Pocos más comentarios.
Nos acercábamos al km 8, donde nos encontraríamos con las familias. Ya se veía
el puente, y ahí que estaban todos, pero en el lado contrario. Solo nos dio
tiempo a lanzar unos gritos, unos saludos y espero que a ellos unas cuantas
fotos!!
El próximo punto de encuentro seria
sobre el km 14, donde la Macarena. Le pregunté a Nacho que cómo iba, y me
contestó : Mejor no te digo como voy. Me recordó a mi otro compañero de
fatigas, Peri. Esa si hubiera sido una contestación propia de él, pero no de
Nacho. Algo no iba bien.
Llegamos al km 14, nuevamente saludos y
fotos rápidas, en una zona donde había mucha animación, una banda de música, y
Nacho empezó a dar gritos y a animarse. Nos pusimos a correr a 4:30. Tras la
emoción, volvimos a recuperar nuestro ritmo de 5:00.
Nacho me comenta que espera poder
aguantar este ritmo hasta el km 25. No sé si va en serio. No es típico de él.
Sigo tirando de él, pero no sé si debo bajar, si le voy forzando o qué.
Quería llegar a la media en 1h46, para
que no se nos fuera la carrera y los tiempos. Y así fue. Tiempo clavado. Nada más
pasar el arco, me comenta que tiene que hacer su segunda parada técnica sobre
el km22,y que si no me coge luego, que yo siga. Me quedo un poco sorprendido.
Pasamos el 22, y el 24 y el 26, y no hace la parada. Quizá se le ha olvidado, o
se le han pasado las ganas.
Tomo glucosa durante la carrera en el 9,
el 18 , el 35 y el gel que da la organización justo en el km 27,5. Los
avituallamientos están muy bien puestos. Cada 2,5km. Todo un lujo, y además en
ambos lados de la calzada, por lo que no hay avalanchas de gente y no se pierde
el ritmo. Agua, Isostar, Platanos, Pasas y los mencionados geles. Muy bien, la
verdad.
Quero mantener este ritmo y llegar al
menos así hasta el km 30. Marcamos 2h:32. Muy bien, mejor que en Valencia. Ya
solo quedan 12 km. Hay que apretar los dientes.
Las piernas empiezan a pesar. Dolor en
los tendones de la rodilla y cansancio muscular. Pero no tenía calambres ni
contracciones, como me ocurrió en Valencia, por lo que tenía que seguir fuerte.
No debería bajar excesivamente el ritmo.
Nacho hace su parada al final en el km
32. Grande Nacho le animo, hago un intento de despedida, por si no consigue
reengancharse…..pero a mí me afecta. Automáticamente bajo mi ritmo, por el
cansancio, por no poder seguir corriendo con él. Empiezan a salir ritmos de
5:20-5:25.
Oigo un México Lindo por detrás….Nacho
me está cogiendo : Bien!! Nuevamente juntos. Ha hecho un gran esfuerzo para
cogerme. Le ha costado, pero se ha reenganchado.
Nos quedan 8km, prácticamente nada, pero
ya vamos muy tocados. Entramos en el Parque Maria Luisa, un par de km por ahí,
viéndolo. Llegamos a Plaza de España, con mucha animación y fantástica vista.
Te hacen dar toda la vuelta….pa qué, te piensas!! Es lo que hace ir cansado.
Tras la salida del parque, ya sabemos
que vamos directos al Estadio Olímpico. Vamos a atravesar todo el centro
turístico, la Giralda, calle Tetuán…mucha gente, mucha animación. Muy bonito.
Te llevan en volandas. Se oyen comentarios muy graciosos, que te animan : Qué
grandes sois!, Vosotros sí que sois campeones! Ole por vosotros! Qué envidia me
dais!
Veo a un corredor con una camiseta que
pone en la espalda : El dolor dura unos días, la gloria es eterna. Me recuerda
a Valencia, el título de mi crónica. Me sirve para metérmelo en la cabeza y
apretar los dientes.
Se pasa por una callecita muy estrecha, con
tachuelas en el suelo, incómoda para correr, y gente a ambos lados. Km 39 y ahí
están todos gritando, David Perlado me pega un grito de repente, no sé si le da
tiempo ni a hacer fotos, saludo como puedo, pero no veo a nadie. Solo sus
gritos. Veo a Bea sentada en un poste. Simplemente levanto la mano y saludo.
Estaba previsto que aparecieran por el
km40, pero se nos habían adelantado. Ahora ya no teníamos más motivación. Iban
a ser 3 kilómetros duros.
Se nos van un par de km a los 5:30-5:38.
Cruzamos el puente, dirección al hotel, y al estadio. Vamos tocados. Nacho me
dice en el km 40 que se para, que necesita estirar o andar un poco, quedamos en
la llegada. Es duro, y me da pena por el. Tiene piernas para hacer menos de
3h30.
Ya solo son 2 kilómetros. Sigo mirando
el GPS, vigilando los tiempos. Sé que voy a mejorar de largo mi record y hasta
mi mejor estimación, pero aun así aprieto porque sé que puedo hacerlo mucho
mejor.
Entramos en el estadio, bajando por el
túnel. Los cuádriceps se quejan en la bajada. Nada más entrar miro para ver dónde
está el arco y gestionar mis últimas fuerzas. Aprieto, no quiero que se me
vayan los últimos segundos. Levanto los brazos. Estoy acabando mi onceaba
maratón y destrozando mi record. Objetivo conseguido. Muy contento.
Me emociono un segundo al llegar. Se
sigue andando unos cuantos metros, te colocan la medalla y al girar veo a
Nacho. Le grito. Nos abrazamos, nos emocionamos.
Hemos sufrido, pero ha merecido la pena.
Al menos, es lo que yo siento. El, no.
Según se sale, dan la manta térmica, bolsa
del corredor, más agua, coca cola, cerveza, lasaña, bocadillo….está fenomenal.
Al salir del estadio en dirección al
hotel Nacho se encuentra mal del estómago, tiene que echar 3 veces el agua y
geles ingeridos. Está muy tocado. Muy serio. Como en toda la carrera. No ha
tenido su día. Me queda ese amargor.
Acabé en 3h:39, muy contento con la
mejora de la marca personal. Habían sido muchos días de entrenos, muchos km
semanales, muchas salidas largas, más que nunca.
Ahora, con el dolor todavía en las
piernas, no creo que vuelva a intentar una mejora de marca. Aunque eso dije en
Valencia y lo he vuelto a intentar….si bien ha sido para quitarme la espina
clavada de esas malas sensaciones. Pero también, según se lo comento a Peri, me
dice que también en Nueva York dije que no volvería a correr más maratones, y
aquí andamos….
Correr en compañía es lo que me hace seguir corriendo maratones. Compartir
los sufrimientos, animarnos todas las semanas cuando comentas los entrenos
realizados, y ver nuestras sensaciones….y por supuesto, planificar desde ya los
nuevos retos, las nuevas carreras.
Para la próxima maratón – Boston, me la plantearé
para un mayor disfrute de la carrera, de la organización, de la gente, y espero
correr sin tanto dolor….aunque echaré de menos a mis compañeros de fatigas.
Pero tened seguro que os llevaré en mi mente. Grande Nacho. Grande Peri.
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