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martes, 26 de abril de 2016

MARATON DE MADRID 2016 – NO EXISTE EL MURO, SOLO HAY ESCOMBROS


Última maratón de mi objetivo de 6 maratones en 6 meses. Convencido de que voy a acabarla, pero con el gran respeto que siempre me da Madrid. Como siempre digo, la maratón urbana más dura del mundo. Sus continuas subidas y bajadas, el tiempo tan lluvioso o tan caluroso, uff, siempre tienes ese miedo al enfrentarte a esta carrera.

Este año se preveía calor. Fresco al principio, pero luego iba a calentar, y mucho. Habría que tener especial cuidado con la hidratación. Tantos meses entrenando con frio y lluvia y ahora con el calor, el cuerpo no iba a estar preparado.

Quedé en el Ayuntamiento, con Nacho y Antonio (de Jaén), pero solo vi a Antonio. Nacho llegó tarde y fue directo a su cajón de salida – el 2- para intentar correr a sus deseados 3h30. No íbamos a correr juntos esta carrera.

Antonio, en su 91 maratón, iba a su ritmo controlado, para 4h15, por lo que me encontré con la duda de qué hacer. Lo razonable, ir a las 4h15. Mi corazón, apretar en la primera mitad para ir sobre los 5:30min/km y tener cierto margen para la segunda- y dura- mitad, para intentar acabar en 3h59!. 


Sabía que no había preparado especialmente esta carrera. Mi mente y entrenos estaban en la preparación del Ironman de Agosto, por lo que, 1-2 salidas largas de 17-18km, pero nada más. Era poco, muy poco. Además el viernes había tenido mis 3h de bici, y no llegaba muy descansado a la carrera, por lo que mis dudas aumentaban.

La maratón, nuevamente en Madrid, comparte calle y horario con la media maratón, por lo que la aglomeración de gente en los primeros tramos es bestial y muy incómoda para coger ritmo y correr. Finalmente decido hacer caso a mi corazón (y no a la cabeza), y salir rápido la primera mitad. No me noto bien, malas sensaciones en general, las piernas se notan pesadas desde el km 2 y todavía haciendo la digestión del desayuno (el chorizo de los macarrones me está matando!). Con todo ello, pienso que se va a  hacer muy larga esta carrera, y además, sin ninguna compañía.

Sobre el km 4 iban a estar mis padres. Bueno, un aliciente para despejar mi mente. Yo los veo claramente, ellos, imposible darse cuenta, con la marea de gente que pasamos por ahí, saludo rápido y a no perder el ritmo.

Voy bebiendo mi powerade preparado desde casa, y eso hace que pueda evitar los 2-3 primeros avituallamientos, donde la gente se cruza sin mirar ni pensar. Sobre el km6-7, Tomás con la cara de despistado, intentando verme, pero imposible, nos saludamos y a seguir. Poco más tarde veo a David Perlado, le grito, no me oye, vuelvo a gritar ya pasando y nos vemos desde lejos. No esperaba verlo!

Vamos a afrontar ya la bajada de Bravo Murillo. De momento las piernas aguantan. No van finas, pero tampoco se cargan más.

Al correr media y maratón a la vez, te va pasando mucha gente y te hace pensar si es que van más fuertes que tú, si es que yo he bajado el ritmo, pero creo que es porque ellos van a la media y tu vas reservón a la maratón, pero psicológicamente es complicado correr así.

Siguen pasando los kilómetros y pronto llegamos a la Puerta del Sol. Es uno de los sitios que más animación tiene. Hay zonas estrechas y con mucha gente. Nos dirigimos hacia el Palacio de Oriente. Ahí había quedado con Carmen y las niñas. No las veo, agobia no poder verlas. No habrán llegado, no las he visto??

Cojo agua en el siguiente avituallamiento. Bebo toda la botella. Noto que me sienta muy bien. Me quita el dulzor del powerade y me asienta el estómago. Decido que no voy a tomar geles ni powerade. Espero no pagar mi confianza.

Cruzo la media, con un margen de 6 minutos mejor que lo planificado mentalmente. Ahora, incluso yendo reservón, podría cumplir mi objetivo, pero sigo a ritmo alto. Aguantaré hasta lo que den las piernas.

Estoy corriendo solo, sin mis compañeros de mis maratones y me da que pensar. Merece la pena el esfuerzo solitario? Me aburre correr solo y me divierte pasarlo bien charlando mientras corro. Les echo en falta. Llego sobre el km26, cojo los geles “por si acaso”, pero no los tomo, y entramos en la casa de campo. Las primeras cuestas, ya te ponen en tu sitio, pero pienso que son solo 5km, no los 10km que se corrían antes. No bajo el ritmo. Si sigo asi hasta la salida de la Casa de Campo, los últimos 10km, aunque venga el muro, podré cumplir mi objetivo. Pero qué muro, no existe el muro, solo hay escombros!!,escucho al salir de la Casa de Campo por la Puerta del Angel. Y me da mi título para esta crónica y me lo repito durante los próximos 10 km.

El conocerme el recorrido, el saber cuándo viene la siguiente cuesta, etc, me hace más fuerte. Aguanto muy bien mi ritmo. No decae, y me sorprenden mis piernas, fuertes y resistentes. No se quejan.

Llegamos a la parte más dura, los 2-3 km de subida hasta Atocha. Empiezo a adelantar a corredores, no he bajado mi ritmo, no pienso en nada. Voy tranquilo, mirando como poco a poco se va acabando la subida. Al llegar a Atocha, Madrid me emociona. Por fin!!

Muchísima gente animando, y sientes como te empujan, como te llevan. Uff, algo que había sentido en otras ciudades, como Londres, NY, Chicago, pero nunca en Madrid, ciudad siempre muy fría. Pero este año no. El buen tiempo, los extranjeros que acuden y los corredores de la media que ya habían acabado, estaban ahí animando a tope.

Solo quedaban 5 km, pero había que ir con cabeza. Todavía quedaban duras subidas. Subidas que me sorprendieron hace 2 años, y que se me hicieron eternas, pero esta vez iba preparado. Poco a poco. Llego a Colon, el segundo punto de encuentro con Carmen. Tampoco la veo. Subo por Goya, despacio pero firme. Y allí estaban, en la esquina. Oigo que me esperarán en el km 41, y yo a seguir subiendo. Por fin en el km 40,5, fin de la subida y ahora llano con tendencia a la baja. Aprieto. Voy muy bien. Esquivo a  mucha gente. Choco la mano con Belen y Carmen y oigo que me dicen que estoy cerca de Nacho. Aprieto más, como a ritmo de entreno. Muy fuerte. Busco una camiseta verde claro, sigo fuerte y entro en Retiro. Mucha animación y recuerdo cómo entré hace 4 años con Nacho gritando como locos. Esta vez yo solo. Veo a uno con un pañuelo y camiseta verde, será él? Le grito, sí, vamos, vamos!!

Le noto de bajón, y alucinado; yo a tope, y vamos, vamos….saca fuerzas de donde no las tiene, y apretamos y animamos al público y ellos a nosotros. Llegamos juntos y abrazados.

Qué alegría poder verle y compartir unos minutos juntos!

Ya pensamos cuando correremos juntos otra vez, Berlín? Qué lejos!! Pero nos lo pasaremos bien, seguro!



Por cierto, objetivo cumplido : 6 Maratones en 6 meses!!!



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