Habían pasado 6 años desde que corrí esta maratón, y no tenía
en la cabeza repetirla, pero si es verdad que mi compañero de fatigas, Nacho, tenía
muchas ganas de correrla y por ello, me decidí a volver a hacerla. No iba a
dejarle solo!
Tanto han cambiado las cosas durante todos estos años, que
lo que era una inscripción normal, tranquila y sin estrés para poder participar
en la maratón de Berlín, ahora era una inscripción, con 1 año de antelación y
acompañado de un sorteo!. En esta ocasión, además, había una modalidad de
inscripción por equipos (de 3 personas), por lo que era ideal para apuntarnos,
y si éramos agraciados en el sorteo, pues todos nos íbamos para Berlín. Así es
que, tras la maratón de Ámsterdam de 2015, nos apuntamos a este sorteo
novedoso, y fuimos agraciados con esta nueva maratón Nacho, Peri y yo.
Como en Ámsterdam, David y Sol se apuntaron como animadores
y reporteros gráficos! Así da gusto seguir apuntándose a retos!
Y comenzamos ya el relato propio de la carrera.
Llegamos a Berlín sobre las 12h
del sábado 24 de septiembre de 2016. Dejamos las maletas en el hotel, y decidimos
ir a buscar el dorsal. Fuimos andando,
para ya, ir tomando el aire a la ciudad. El fin de semana, iba a ser soleado,
precioso, quizá hasta demasiado calor para correr una maratón, pero desde el
punto de vista de turismo, ideal, perfecto. Íbamos a disfrutarlo un montón.
La feria del corredor la habían
cambiado con respecto a mi última vez. Ahora, se encontraba situada en una
especie de almacén antiguo, en posición relativamente céntrica de la ciudad.
Muchos stands, aunque casi todo para merchandasing y recogida muy rápida de
dorsal, sin colas, donde sólo podía acceder el corredor y ya te colocaban una
pulsera para evitar el cambio de dorsal/persona. Quizá todo ello por el tema de
seguridad….
Al volar el sábado, nos perdimos
la carrera de confraternización, ó Breaksfast Run, pero Peri y Paloma, que
habían volado el día anterior, sí que fueron y disfrutaron de esta bonita carrera.
Son 6km, desde el Palacio de Charlottenburg, hasta el Estadio Olímpico. Recuerdo
que fue muy emocionante entrar a la pista de atletismo y ver toda la gente
aplaudiendo.
Por la tarde, pasamos el día
visitando Berlín. Habíamos reservado un tour gratuito con un guía para ver el
centro de Berlín. Fueron unas 3 horas, que junto con las otras 3 horas que ya
llevábamos de recogida de dorsal y paseo por la ciudad, hicieron que Nacho y yo
fuéramos al hotel a descansar unos 40 minutos antes de la cena.
Aprovechamos para comprar algo
para el desayuno del día siguiente y quedamos en el restaurante italiano Roma,
viejo conocido nuestro del año 2010, donde recordaba una Lasaña espectacular.
Efectivamente, la calidad y la
cantidad seguían siendo las mismas, y pasamos una gran noche todos juntos
charlando, preparando mentalmente nuestra carrera de mañana y cogiendo las
máximas energías.
Llegó el domingo. No hay prisa
en levantarse, pues estamos muy cerca de la salida. Desayuno sobre las 7.00
para que dé tiempo a hacer bien la digestión. A las 8.15 quedamos en el hall
del hotel, para hacernos las pertinentes fotos, despedirnos, y ya nos dirigimos
emocionados hacia la salida.
No hace nada de frio. Va a hacer
un día espléndido. Pasamos los controles para acceder al parque. Mucha gente.
Quizá un poco agobio. Y nos dirigimos hacia los cajones. Nacho y yo en el F.
Peri en el G, pero le convencemos para que venga con nosotros y pase el ultimo
control. Lo logramos. Vamos a salir todos juntos. Bien. No estaba yo muy
convencido si Peri correría o no, o si se uniría a la carrera más tarde, o que
ritmo llevaría. Había tenido un virus estomacal durante la semana y no había
entrenado bien, además de una pérdida importante de peso. Pero ahí estábamos
otra vez todos juntos. Qué ilusión!
Mi entreno para este maratón no
había sido el más adecuado. Justo 1 mes después del Ironman, por lo que las
primeras semanas, noté que mi cuerpo estaba cansado, mi musculatura se quejaba fácilmente,
y no había podido forzar en mis entrenos. Asimismo, muchos viajes de trabajo
durante los últimos días, incluyendo el último que me había traído de Chile el
jueves anterior, hicieron que mi cansancio físico y emocional fuera grande.
Veríamos como reaccionaba durante la carrera.
A las 9:15 dan el pistoletazo de
salida. Estamos cómodos esperando, sin agobios. Nosotros no saldríamos hasta
dentro de 10 minutos, con la ola 2.
A las 9:25, segundo pistoletazo
de salida. Casi no me doy ni cuenta y ya había cruzado la salida. La calle es
amplia y se puede coger ritmo rápidamente. Nos despedimos de Peri. Él va a
seguir sus sensaciones, su ritmo.
Hay mucha gente animando, el día
promete. Unos 45.000 corredores de diversas partes del mundo por las calles de Berlín.
Hay música durante todo el
recorrido: música en vivo, grabada, música moderna, clásica, batukadas... Es
impresionante. 60 bandas distribuidas por los 42195 metros.
Habíamos quedado con nuestros
animadores en 3-4 puntos para que nos animaran. Con tanta gente, no sé si
seremos capaces de verles!
Estando sobre le km 5, veo que
mis piernas van ya cansadas. No es una buena sensación. No es nada bueno. Noto
los cuádriceps ya exigiéndose. No sé cómo voy a acabar. Se lo comento a Nacho y
me centro en llegar al km8, muy cerquita del hotel, donde habíamos quedado.
Ahí la carrera se agolpaba un
poco, y aun sabiendo que estaban allí, casi no logramos verlos. Sol y Paloma
nos gritan. Saludamos rápido. Unos metros más rápido, Carmen me grita subida en
un murete! Más fotos y saludos. No veo a David.
Tras pasar la curva, veo a Luis
Hita de espectador, le grito y nos chocamos las manos. Qué casualidad!! Me ha
hecho ilusión haberle visto. A ver cuando organiza para correr su Maratón número
100!!
El día iba a ser caluroso y nos
centramos en beber constantemente para evitar deshidrataciones. Desde el km 1,
yo iba sudando a tope, con la camiseta ya muy mojada. Uff, que diferencia con
respecto al lluvioso día de hace 6 años.
Tras estos primeros ánimos, el
siguiente punto de encuentro era en torno al km 19. Muchos eran, y yo sin
seguir encontrándome bien. Estos kilómetros, corremos a un ritmo sostenido,
pero casi sin hablar. No sé si es bueno o malo. Normalmente Nacho es muy
hablador y cuando no habla, malo….Además, siento que a pesar de que yo no voy
bien, voy tirando de él, como en Sevilla. No sé.
Es a partir del 10 km cuando la
menos noto que los 2 empezamos a correr más en paralelo. Parece que el va bien.
Voy cogiendo agua en cada
avituallamiento - cada 3km aproximadamente.
Nos vamos acercando a la
zona de Friedrishain y Alexanderplatz. Las avenidas son muy amplias, se corre
muy bien.
Cruzamos un puente en
Alexanderstrasse y entramos en
Kretuzberg. No nos fijamos mucho en los barrios. No son muy reconocibles para mí.
Sigue habiendo mucha gente. Y vemos unas cuantas banderas españolas.
Llegamos sobre el km19 – nuestro
segundo punto de encuentro. Un cruce de calles elegido sobre plano, por lo que
habría que estar atentos. Nos encontramos sin problemas, y ahí si están todos.
Gritamos eufóricos y nos da mucho ánimo para seguir corriendo. A partir de
aquí, ya hasta el km 38 aproximadamente no nos veríamos. Iba a ser mucho
tiempo, muchos kilómetros.
Pasamos el km 20 y el ritmo el
ligeramente por debajo del programado, pero nada significativo. El paso de la
media maratón confirma que vamos unos 2 minutos por encima de mi tiempo
estimado. El problema : que la segunda media maratón no se suele correr al
mismo ritmo que la primera, por lo que se puede llegar a perder mucho tiempo…..
No lo veo nada claro. Demasiado
cansado para estos primeros 21km.
Además del cansancio, mi mente no
está por correr estos 42km. Lo ve como algo lejano, un imposible. Y eso que hacía
nada que se había metido para el cuerpo 226km….pero el cuerpo y la mente es así.
No siempre se llega al 100% preparado. Y en esta ocasión, yo no lo estaba.
Me sigo forzando a mantener el
ritmo. Aguantar lo máximo posible, y cuando explote, pues exploto, pero lo más
cerca a meta posible. Le pregunto a Nacho qué tal va, y le veo fenomenal. Qué
envidia.
El en km27, tengo un bajón muy
importante, algo físico, pero sobre todo mental. Creo que ya. Ha llegado mi
momento. Le digo a Nacho que siga, que yo tengo que aflojar, que no puedo
aguantar el ritmo. Mis piernas no quieren seguir corriendo. El, aguanta
conmigo, y afloja unos segundos. Me dice que tranquilo, que vamos bien, que me
olvide del tiempo. Justo en ese momento, dan el gel. Lo cogemos, pero ninguno
de los dos nos atrevemos a comerlo.
Yo tenía 1 gel programado para
tomarlo en el km20, pero no quise tomarlo. No me apetecía. El cuerpo no me lo pedía,
y ahora, pues casi que lo mismo, pero corro el riesgo y lo tomo. No está bueno,
y lo voy tomando con tranquilidad. Nacho, duda también, por no estropearse el estómago,
pero al final lo toma de golpe.
No sé si es efecto del gel o
qué, pero del km27,5 al 30 noto mejoría y puedo seguir el ritmo. Me da ánimos.
Habré pasado el momento malo?
Sobre el m 30 comenzamos a
hablar. Vamos muy bien y charlando de nuestras cosas. Ello hace que se me pasen
los km volando, y nunca mejor dicho. Es increíble! Estamos ya en el km36 casi
sin darme cuenta.
Bebemos en cada avituallamiento.
Como no dan las
cómodas botellitas, sino vasos de plástico, es difícil cogerlos y beber, es un
poco caótico, pero nos hacemos a ello.
Tras acabarse nuestra
conversación, ya sobre el km36, quedan solo 2 km para volver a ver a nuestros
animadores. Disfruto viendo la gente que hay en las aceras, siento la música. Levanto
la cabeza e intento encontrarles. Ahí están! Nuevamente nos animan a tope,
gritamos de alegría, nos hacen fotos. No falta nada!!
Con este subidón, afrontamos los
kilómetros finales. A toda bandera de España que vemos los gritamos y animamos
y nos devuelven los saludos. Hasta el punto que en el km40 es increíble cómo
vamos corriendo y gritando y saludando a la gente, mientras los corredores de
nuestro alrededor van callados y con la cabeza mirando al suelo.
Que bien nos lo estamos pasando.
Nacho me agradece que estemos ahí corriendo juntos en Berlín. Es su primera
Major!
Empiezo a conocer las calles,
pues pasamos por la Plaza de las Catedrales, una de las más bonitas de Europa,
según dicen. Esta última parte de la carrera, ya por zona más céntrica, se me
hace llevadera gracias a conocer estos últimos kilómetros.
Enfilamos Unter den Linden, esquina con Friedrich. Ahí vamos
ya como en una nube. Saludando a todo el mundo y deseando hacer el último giro
para ya por fin ver a lo lejos la puerta de Brandenburgo.
En la misma puerta, ahí estaban
ya todos por última vez para llevarnos en volandas esos últimos metros. Veo
también a Peri animando! Me da un poco de pena que no haya podido finalizar,
pero a buen seguro, que ha disfrutado a su manera la carrera.
Todavía quedan 195m. Posamos
para todas las cámaras, fotos, etc, nos abrazamos y cruzamos la meta. Uff, que
manera de acabar. Yo ya al límite. Nacho, exultante. Habíamos corrido muy
rápido estos últimos kilómetros. No me lo creo. No sé cómo he podido aguantar.
Me cuelgan la medalla. Nos
hacemos unas fotos, y como no, nos tomamos una cerveza alemana (sin alcohol,
eso sí!).
Ha sido muy diferente correr este maratón con respecto
al que corrí hace 6 años. Mi evolución como corredor es evidente, y ahora, aun
teniendo un mal día, los tiempos salen, fluyen. A pesar de mi bajón mental del
km 27, acabo muy contento por haberlo superado, por acabar así de bien. No sé
si agradecérselo a mi mente, a Nacho, o a ese gel del km 27,5….
Lo que sí que tengo que
agradecer es todos esos ánimos que recibimos durante toda la carrera. Gracias, así
es más fácil correr.
Y aquí empieza el reto de 5
maratones en 3 meses. No está nada mal.
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